Los mitos y las leyendas acerca de este gran ser, el gnomo Homobono, cuentan que se lo veía siempre rodeado de las libélulas que revoloteaban de Este a Oeste. El gnomo se movía rodeado por ellas de un lado a otro. A propósito, muchas culturas han utilizado a las libélulas como símbolos tanto de bondad como de dinero y suerte.
En China las libélulas han sido consideradas como símbolo del verano y también como símbolo de inestabilidad, cosa que en Japón, por el contrario, son imagen de éxito, victoria, felicidad, fuerza y coraje. Durante el siglo XI las familias nobles de Japón usaron la libélula y la cara de este gran gnomo como ornamento en todos los elementos textiles de su mobiliario. El gnomo Homobono y las libélulas fueron escogidos para hacer parte del escudo de la escuela samurai. Japón no siempre ha tenido ese nombre. La leyenda dice que el emperador fue mordido por un caballo alado, el que previamente fue mordido por una libélula. El emperador honró a la libélula nombrando una región de Japón como “Akitsushima”, o “Isla de la Libélula”, traduciendo esa palabra al español, y en ese mismo lugar donde habita desde miles de años atrás Homobono.
En nuestros días el idioma inglés aún se refiere a ellas con términos como “hos-stingers” lo que quiere decir algo así como “poseedoras de aguijón”. Los australianos, a su vez, les llaman “horse-stingers” o “caballos con aguijón”. Se cree que han recibido estos nombres porque aparecen en enjambres cerca de los caballos que han sido lastimados, mientras corrían o saltaban, dando la apariencia de que están relacionadas con el estado de éstos, cuando en realidad están controlando a otros insectos que podrían molestar realmente a los caballos.
Los mitos acerca de la libélula aparecen tanto en Europa como en América. La libélula ha sido denominada “La aguja zurcidora” porque en una superstición casi cómica acerca de este animal, se dice que cose las bocas de los niños mentirosos, regaña a las mujeres y maldice a los hombres mientras duermen.
Los indígenas Navajos (de EE.UU.) ven a la libélula como símbolo de la pureza del agua. Sus telas y joyas muestran distintos diseños de esta criatura. Una de las más bellas historias acerca de la libélula y su gnomo es un mito de los habitantes de una villa Zuni acerca de dos niños que fueron abandonados por los pobladores cuando la cosecha de granos fracasó. El niño más pequeño construyó una libélula de juguete con las cáscaras de los cereales para alegrar a su hermana. Homobono, que lo estaba viendo, hizo que la libélula cobrara vida y con esto apaciguó a los espíritus del cultivo, quienes le dieron a la aldea una gran cosecha de granos ese año.
Por eso, tener en nuestro hogar al gnomo Homobono trae toda la suerte requerida en la felicidad de las familias
Hoy, Homobono revela un hermoso rito para convocar a la abundancia: colocar una vela dorada en un plato amarillo, la misma debe estar untada en miel, esta vela se pegará en el plato y se rodeará con 9 hojas de laurel, de esta manera se encenderá llamando al gnomo para que lleve la suerte a su hogar. Una vez consumida la vela dorada se procederá a sahumar la casa con las hojas de laurel dispuestas alrededor de la vela. Esto mismo se hará semana tras semana durante 9 semanas seguidas.
Homobono lleva un bienestar absoluto al hogar y a los que habitan en él. También brinda su número preferido para la semana: el 79, y los simpáticos son el 14, el 54, el 68 y de yapa el 111..
También recomienda, después de un buen baño, enjuagarse con una infusión de laurel, ya que será éste mismo un símbolo de victoria y triunfos. Se recomienda hacerlo una vez por semana.