Suerte
El gnomo Tatunor es el comandante de los aires o señor del aire como es más conocido. Trabaja con un ejército de elfos y ayuda a limpiar las auras de los humanos, sacando de esta manera la mala racha cuando nos trabamos o nos sentimos bloqueados.
En sí, este gnomo afirma que cuando decimos algo que se siente en el aire o que flota en el ambiente, queremos dar a entender que está disponible o con probabilidades de que suceda, lo que pasa que muchas veces la mente humana envía malas energías y eso flota y se acerca al aura de la otra persona, quien se traba para que su deseo no salga a la luz. Es como si enviara una mala onda que se siente en el aire, más aún cuando la persona es muy intuitiva.
Tatunor dice que una de las muchas formas de establecer un deseo consiste en lanzar literalmente el deseo al aire, así lo agarran los elfos y trabajan para que ese deseo sea cumplido. Este gnomo, que gobierna el elemento aire, nos enseñará un hechizo que invoca a todos los dioses del aire para que concedan sus deseos y debe realizarse en una noche con viento y con la ayuda de Tatunor es totalmente efectivo.
Para llevar a cabo el hechizo se necesitará: una hoja de papel blanco o azul pálido, perfume de lavanda, un recipiente plano no muy profundo y hierbas de romero en polvo o aplastada, que se relacionen con su deseo.
EL HECHIZO
Reúna los ingredientes del hechizo, encienda los yuyos de romero en algún recipiente y entre en un estado mágico; tome la hoja de papel en la que haya escrito su deseo y rocíela con perfume de lavanda. No se preocupe si eso hace que la tinta se corra o se manche el papel, ya que este mismo conservará su deseo y la energía del mismo; concéntrese en el deseo y, principalmente, en el último resultado de lo que le gustaría conseguir o alcanzar. Luego agite el papel en el aire para que el perfume se seque, y páselo repetidas veces por el humo del romero. Para entonces, el papel ya estará debidamente perfumado, llame a Tatunor y dígale con su mente lo que ahí escribió. Concéntrese nuevamente en su deseo mientras desgarra la hoja de papel en trocitos pequeños. Extienda los trocitos sobre una bandeja y colóquela en un lugar donde corra mucho viento y diga lo siguiente: “Dioses del Viento, Dioses del Aire por el poder del gnomo Tatunor, concédanme mi deseo si es justo”. Deje el recipiente toda la noche al aire libre y a la mañana siguiente compruébelo. Encontrar el recipiente vacío será una señal positiva y sin dudas el deseo se cumplirá. Si algo quedara en él significa que le costará un poco que el pedido se cumpla y deberá esperar una semana para realizar el ritual nuevamente. Además, Tatunor puede cumplir los deseos “numéricos”. Por eso nos deja su número preferido que es el 68 y los simpáticos son el 79, 14, 85 y 13.
EL HECHIZO
Reúna los ingredientes del hechizo, encienda los yuyos de romero en algún recipiente y entre en un estado mágico; tome la hoja de papel en la que haya escrito su deseo y rocíela con perfume de lavanda. No se preocupe si eso hace que la tinta se corra o se manche el papel, ya que este mismo conservará su deseo y la energía del mismo; concéntrese en el deseo y, principalmente, en el último resultado de lo que le gustaría conseguir o alcanzar. Luego agite el papel en el aire para que el perfume se seque, y páselo repetidas veces por el humo del romero. Para entonces, el papel ya estará debidamente perfumado, llame a Tatunor y dígale con su mente lo que ahí escribió. Concéntrese nuevamente en su deseo mientras desgarra la hoja de papel en trocitos pequeños. Extienda los trocitos sobre una bandeja y colóquela en un lugar donde corra mucho viento y diga lo siguiente: “Dioses del Viento, Dioses del Aire por el poder del gnomo Tatunor, concédanme mi deseo si es justo”. Deje el recipiente toda la noche al aire libre y a la mañana siguiente compruébelo. Encontrar el recipiente vacío será una señal positiva y sin dudas el deseo se cumplirá. Si algo quedara en él significa que le costará un poco que el pedido se cumpla y deberá esperar una semana para realizar el ritual nuevamente. Además, Tatunor puede cumplir los deseos “numéricos”. Por eso nos deja su número preferido que es el 68 y los simpáticos son el 79, 14, 85 y 13.
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