El hachi-hachi es un juego de cartas de origen japonés. Hachi-hachi significa ocho-ocho, es decir, ochenta y ocho. Este nombre deriva del valor total de las cartas de las flores en los juegos japoneses. Aunque en sus inicios el juego se realizaba con conchas de mariscos pintadas o con objetos similares, recién durante el siglo XVI con el descubrimiento de los naipes, los japoneses adaptaron el juego, dibujando en las caras de las cartas los símbolos de las flores. De esta manera se crearon los tradicionales naipes de las flores, conocidos como 'hana-karuta' o 'hana-fuda', con los que se juega el hachi-hachi en Japón.
El objetivo del juego consiste en ser el primero en alcanzar el total de puntos para ganar la partida, que se establece entre 200 ó 1.000, según el número de jugadores, mediante el procedimiento de tomar las cartas que hay descubiertas sobre la mesa y formar combinaciones con ellas. Otra de las metas consiste en ser el jugador que consiga más puntos a lo largo de doce juegos, es decir en un año.
Aunque en un juego de hachi-hachi puede participar hasta un máximo de 7 jugadores, las partidas suelen disputarse entre 3 y 6, siendo 3 el número más recomendable de jugadores de una partida .
Para jugar al hachi-hachi también se pueden utilizar una baraja española de 48 cartas, y para mayor comodidad pueden utilizarse dos barajas que tengan los dorsos distintos, una para los juegos pares y otra para los impares. Un modo simplificado de recordar los valores de las cartas es el siguiente:
todas las espadas y los bastos valen 1 punto, excepto el caballo de espadas que vale 5 puntos;
todos los doses valen 1 punto, excepto el de oros que vale 20 puntos; todas las copas valen 5 puntos, excepto el dos (1 punto), el caballo (10) y el seis (10); todos los oros valen 10 puntos, excepto el dos, el cuatro, el seis, el nueve y el caballo, que valen 20 cada uno.
Con esta puntuación, el valor total de las cartas de la baraja es de 264 puntos. Al dividir este valor entre tres jugadores corresponden 88 puntos de promedio a cada jugador. De este valor promedio, ocho-ocho, o hachi-hachi en japonés, deriva el nombre del juego.
En las cartas de las flores japonesas, cada serie de cuatro representa una planta y está asociada a un mes.Una vez sorteado, el dador baraja las cartas y las da a cortar al jugador de su izquierda. Luego descubre las seis primeras cartas y las coloca sobre la mesa. Entre estas seis puede haber cartas con el mismo índice; si hay tres, el jugador que consiga la cuarta se las llevará todas; si están las cuatro de un mismo índice, se las lleva el dador .Tras descubrir las seis sobre la mesa, el dador reparte siete a cada uno, en sentido antihorario y en dos vueltas, dando 4 a cada jugador en la primera y tres en la segunda. El ganador es el que llega primero al total de puntos o al final de 12 manos.