La taba es de origen griego y se jugaba con cuatro pequeñas tabas de carnero o cordero que se tiraban como nuestros dados modernos, todos a la vez con la mano o cubilete. Las cuatro caras de los huesitos -llamados astrágalos- permitían 35 combinaciones diferentes.
El juego, que introdujeron en la Argentina los colonizadores españoles, se practica con más frecuencia en las zonas agrícola-ganaderas. En poco tiempo se hizo famoso entre los paisanos, cuando en los momentos de descanso se reunían en las pulperías o en reuniones de cuadreras (carreras de caballo en pelo). La taba es un hueso de la pata de los animales, con un lado cóncavo y el otro plano. Lleva en la mayoría de los casos un enchapado en sus extremos superior e inferior que se denominan en el vocablo popular “culo” y “suerte”. Las dos caras laterales se denominan hoyo y tripa. La cancha se delimita por un par de rayas en la tierra, separadas algunos metros entre sí. El juego consiste en arrojar el hueso desde atrás de una de esas rayas, debiendo caer más allá de la otra. Si el lado cóncavo queda hacia arriba se gana y significa “suerte”; si queda hacia abajo se pierde. Suele ir acompañado de apuestas realizadas por participantes y espectadores. Los primeros antecedentes de la taba datan de 1639 y se registra en un escrito de Gaspar de Salinas, gran caballero de Córdoba, en el que menciona que “es un juego rural, del ramal; es clandestino y jamás fue legalizado. La taba, como juego practicado por los criollos de Suramérica, no es un simple juego de azar como lo era en la antigüedad grecorromana, ya que además del factor suerte requiere habilidad técnica en su manejo. Se juega entre 2 personas y se prepara un campo de juego que se caracteriza, especialmente, por un terreno blando y un poco húmedo llamado “queso”. El queso al que hace referencia se divide en 2 partes, mediante una línea bien marcada. A partir de esa línea cada jugador debe tomar una distancia de aproximadamente 6 metros , aunque en algunos casos es de 7, con tablas a los costados se enfrentan y cada jugador toma su posición para lanzar la taba hacia el queso y debe pasar la línea hacia el lado contrario. Si no sobrepasa la línea, repite el tiro.
La taba puede caer en diferentes posiciones: Con la parte lisa hacia arriba: es suerte y ganadora. Con la parte hueca hacia arriba: es culo y perdedora. En forma vertical, se la llama pinino o pinini, que es siempre ganadora y se puede pagar doble o triple, pero únicamente cuando ambos jugadores se ponen de acuerdo en jugar con esa posición. Cualquier otra posición en que caiga la taba no es válida. Además, participan varios apostadores, que apuestan al tiro del jugador que ellos elijan. Normalmente, las apuestas son por dinero, pero también se apuestan otros bienes o pertenencias. El juego se realiza en lugares de tierra, es por eso que el “queso” es preparado con mucha humedad y es blando. Sistema de apuestas: el canchero es el que recibe las apuestas. Pueden apostar los jugadores al tiro, y los espectadores a cada contrincante. Un jugador apuesta una suma de dinero al tiro, si sale suerte o pinini, gana; si en cambio la taba cae de culo, pierde automáticamente; pero si cae de costado, le toca el tiro al adversario. Se tira hasta que uno gana, y se pueden ir subiendo las apuestas en cada tiro. Los jugadores, al igual que en cualquier juego, compiten en categorías. Por lo general se muestra la categoría en la forma de tirar el hueso: los expertos suelen “clavar” la taba, en cambio los no tan duchos, la lanzan y la taba da unos cuantos tumbos antes de frenarse.