El acusado es Oscar “El Buey” Sosa, de 30 años, quien será juzgado por el Tribunal Oral Criminal 8 de Lomas de Zamora por el homicidio de Melisa Tuffner, de 22 años, cometido el 19 de julio de 2015.
Sosa era vecino de la víctima e incluso participó de una marcha en la que se reclamó Justicia por el hecho y se acercó a darle el pésame al padre, según contaron los familiares de la joven.
La audiencia comenzó este jueves en la Sala Magna de la planta baja en los tribunales de Lomas de Zamora, situados en Camino Negro y Larroque, de Banfield, donde se desarrollará todo el juicio a cargo de los magistrados Nicolás Amoroso, Gustavo Ramilo y Alejandro Garlata.
La acusación estará a cargo de los fiscales Pablo Pando y Mabel Lois, de la UFI 12 de Lomas de Zamora, la misma que llevó adelante la instrucción de la causa, mientras que Sosa estará representado por un defensor oficial.
Según la acusación, Sosa está acusado de matar la tarde del domingo 19 julio de 2105 a Tuffner, a quien presuntamente encontró en la calle y comenzó a seguir cuando ella se dirigía al centro cultural “El Gringo Viejo”, ubicado en Glew.
La joven tenía previsto ir a ese sitio y luego encontrarse con su familia en la cancha de Temperley, el club del cual era fanática, aunque nunca llegó, ya que antes los vecinos la encontraron tirada en la vía pública gravemente herida y agonizando.
Melisa fue trasladada a la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Longchamps, donde los médicos constataron que presentaba dos heridas punzo cortantes profundas en la cabeza, una en la parte posterior y otra en la sien, y un corte en la cara, además de golpes.
Cuando sus familiares se enteraron de lo sucedido, tramitaron su traslado al Hospital Sirio Libanés, en el barrio porteño de Villa Devoto, aunque la joven llegó allí con muerte cerebral y finalmente falleció.
Una amiga de la víctima, que será testigo en el debate, declaró ante los fiscales que los vecinos de la zona donde ocurrió el ataque no vieron ni escucharon nada y que sólo la la encontraron golpeada.
Además advirtieron que no había sido víctima de un robo, ya que tenía en su poder los documentos, dinero y su celular.
La joven tampoco tenía signos de haber sido abusada sexualmente pero sí tenía fuertes moretones, signos de haberse defendido de un ataque.
Durante la pesquisa, los investigadores analizaron las cámaras de seguridad del municipio y en una de ellas identificaron a Sosa cuando caminaba detrás de Melisa por la calle Almafuerte al 300, a una cuadra y media donde la joven fue luego hallada herida.
Un mes después del crimen, Sosa quedó detenido luego de presentarse ante la policía.