Michael Reeves, el youtuber en cuestión, apeló a su imaginación y creatividad y con sus habilidades tecnológicas a cuestas sobre los códigos informáticos y algunos dispositivos.
Luego de todas las modificaciones que le hizo, el perro robot fue capaz de identificar los vasos en el piso, colocarse sobre ellos y liberar un chorro de cerveza, con una enorme precisión.
El youtuber programó el perro robot con un modelo de aprendizaje automático TensorFlow para que paseara por la habitación en busca de vasos de plástico.
De todos modos, las cámaras que Spot monta de fábrica no son suficientemente buenas para la tarea (y la mejora de las cámaras cuesta 29.750 dólares adicionales en Boston Dynamics), por lo que tuvo que conectarle una cámara externa, que compró en Amazon por unos 30 dólares.
El Piss bot 9000 ('Robot meador 9000', en español), como fue denominado, "funciona a la perfección el 35 % del tiempo", asevera Reeves.
Según el portal The Verge, el precio de un perro robótico de Boston Dynamics oscila en torno a los 75.000 dólares. Hasta ahora fueron adquiridos para diferentes propósitos, que van desde el uso militar y las actividades agropecuarias hasta curiosos experimentos como los de Michael Reeves.
Probablemente Boston Dynamics no tenía en mente que una de las alteraciones de sus perros robots fuesen por esta línea escatológica.
Aunque era una posibilidad a la que se arriesgaron cuando una nueva línea comercial de Spot se abrió al público.
Ahora, su sofisticada colección de perros robot se enfrenta a dos mundos paralelos: el de una máquina de guerra de alta tecnología y el de una broma al más puro estilo de Internet.
Quizá, la barrera de entrada de 75.000 por cada uno de estos perros sería un motivo suficiente para evitar las locuras. Pero Boston Dynamics no contaba con el universo de este youtuber.