La tenista Serena Williams contó detalles sobre su embarazo y los duros momentos que le perjudicaron su salud hasta dejarla al borde de la muerte, confesó en una entrevista íntima en la CNN.
Embarazada de seis meses, la reina del tenis seguía con su entrenamiento y cumplía con el calendario. En abril de 2017, a escasas dos semanas del parto, ganó Wimbledon. Buscó ser madre. Junto a su pareja, Alexis Ohanian, el cofundador de la red social Reddit, encontraron el "sentido de sus vidas", comentó la deportista.
Pero el parto y postparto fueron un drama."Tras un embarazo fácil mi hija nació por cesárea de emergencia, al bajar drásticamente su ritmo cardíaco durante las contracciones", detalló la estadounidense de 36 años.
"La intervención fue bien. Tener a Olympia entre mis brazos fue la experiencia más increíble que he sentido en mi vida. Pero lo que sucedió pasadas 24 horas del parto fueron seis días de incertidumbre", comenzó sobre todo el dolor que le siguió a dar a luz.
Sufrió una embolia pulmonar y la cicatriz de la cesárea volvió a abrirse en pocos minutos. Tuvo que ser llevada de emergencia y entró al quirófano.
"Casi muero tras dar a luz a mi hija, Olympia. Sin embargo me considero afortunada", contó sin tapujos.
Un grupo de profesionales empezó a realizarle estudios en ese momento y hallaron problemas: "Los médicos encontraron un gran hematoma y sangre coagulada en mi abdomen, por lo que tuve que volver a operarme para evitar que los coágulos fuesen a mis pulmones".
Serena no para de agradecerle a esos especialistas, no sólo por ella, sino por su hija y marido: "Sin ellos no estaría aquí".
A poco más de un año del nacimiento de la niña, la menor de las Williams volvió a los courts. Lo hizo en la Copa Confederación ante Holanda, en la serie que su país jugó entre el 10 y 11 de febrero. En el dobles con Venus perdió 6-2 y 6-3 ante Demi Schuurs y Lesley Kerkhove.
"Ha sido genial volver. Estuve entrenando mucho, pero he sentido de nuevo los nervios al saltar a la pista", había dicho en ese momento.