La posibilidad que la visita de naves extraterrestres haya sido un fenómeno que acompañó la evolución de la Humanidad y que incluso el desafío impuesto por los ovni generó la preocupación de gobiernos que intentaron desentrañar el misterio derivado de la presencia de otras inteligencias sobre la faz de la tierra, es motivo hoy de profundos debates entre ufólogos y quienes rechazan de plano esas teorías.
De hecho, dos grande enigmas encuadrados en esa temática como la maldición que pesa sobre la tumba del faraón egipcio Tut, atribuida a energías extraterrestres, o el misterio encerrado bajo la mansión de Rudloe Manor, en Wiltshire, Inglaterra, abren una puerta definida a aquella posibilidad a partir de evidencias aportadas por un grupo de investigadores.
La décima temporada del programa Alienígenas Ancestrales que recientemente puso en el aire la señal History se encarga justamente de abordar sobre esas dos cuestiones y varias más que llaman la atención de los entendidos y brindan pistas que permiten robustecer las suposiciones sobre que nuestro mundo siempre ha tenido una relación estrecha con visitantes de otras galaxias.
El ciclo televisivo se apoya en la teoría desarrollada en 1998 por quien es su productor, Giorgio Tsoukalos, quien planteó la chance concreta y con evidencias palpables a la vista que el contacto de la humanidad con otros mundo proviene de tiempos inmemoriales.
Uno de los capítulos del ciclo de History aborda el misterio de la tumba del rey Tut, donde la sucesión de episodios desgraciados en quienes tenían acceso directo o indirecto, como se verá, a la última morada del faraón. Los que a simple vista podía ser interpretado como una maldición no tardó en incorporar la posibilidad que la maleficencia imperante en el lugar fuera producto de tecnología alienígena.
Las malas influencias del sepulcro del faraón suma también palabras escritas en los muros que a criterio de los entendidos podría ser el desencadenante de la maldición que también se extendió a una obra de teatro que dramatizaba sobre un eventual conjuro a esa condenación.
Los estudiosos de la teoría de Tsoukalos apuntan que esa fuerza negativa no es más que una suerte de defensa para proteger un aparato extraterrestre que por alguna razón hasta aquí desconocida quedó enterrado en lo profundo de la Tierra.
Rudloe Manor, por su parte, impulsa la sospecha de concentrar debajo de esa residencia típicamente inglesa la mayor estructura de información británica en torno al fenómeno ovni desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días.
En este sentido, los expertos aseguran que debajo de la mansión hay más de 200 mil metros cuadrados de amplias cavernas donde el Ministerio de Defensa británico atesora información privilegiada sobre la actividad extraterrestre en nuestro planeta. Pero eso no es todo.
Los investigadores suponen que en los pasadizos del monumental subsuelo de Rudloe Manor no sólo se encuentran archivados bajo siete llaves secretos relacionados a la historia de los ovnis, sino que también guardan naves extraterrestres recuperadas y sujetas a prácticas de ingeniería inversa.i