De la cooperativa Factorial surgió este interesante juego de mesa que no sólo entretiene sino que además enseña a encarar un proyecto en conjunto para salir adelante.

De algún tiempo a esta parte, la palabra cooperativa ha ido cobrando una connotación cada vez más fuerte en la cambiante economía argentina. Desde hace unos años se la asocia con empresas recuperadas pero, sin embargo, siguen surgiendo proyectos colectivos que buscan hacerse un lugar en el mercado.

Un buen ejemplo de ello es la cooperativa de trabajo Proyecto Factorial que desde el 2012 viene trabajando en varios proyectos, entre ellos el juego de mesa Coopolis, que han sabido convertir en una verdadera fuente de inspiración entre varias personas que buscan encarar un proyecto personal. “En la actualidad somos 12 compañeros y compañeras, y quedamos pocos de la conformación original, ya que el grupo se ha ido modificando a lo largo de los años”, le cuenta a El Porteño del Sur Mariana Comellini, docente e integrante de este grupo que fue reconocido por el Ministerio de Desarrollo Social como organización que realiza acciones de responsabilidad social.

“Una de las cuestiones que llevamos adelante es el juego de mesa Coopolis, a través del cual nos vinculamos con otros productores nacionales, y eso nos permitió crear el colectivo “Tribu juegos que juntan”. Pero la cooperativa es mucho más que Coopolis porque también nos dedicamos a la capacitación sobre cooperativismo, economía social y todo lo que tiene que ver con la gestión económica y comercial de emprendimientos de cooperativas; hasta de proyectos productivos grandes”, explica, y agrega que también ofrecen servicios de asesoría contable administrativa, de planificación económica, e inclusive cuentan con un área de diseño gráfico, de comunicación y de investigación.

“El juego Coopolis nace como una herramienta para nuestra capacitaciones en cooperativismo, ya que, a través de una herramienta lúdica, podemos llevar adelante todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje de cooperativismo y economía social”, recuerda.

El juego tiene una variante que lo hace destacar de entre los demás y es el hecho de que no se busca que haya un ganador sino que los participantes colaboren entre sí. “No competimos entre nosotros sino que todos ganamos o todos perdemos porque todos formamos parte de una cooperativa de trabajo. Lo que hace el juego es recrear el funcionamiento de una cooperativa de trabajo y eso nos lleva a tomar decisiones en conjunto, a veces incluso mediante el voto”, explica la cooperativista.

Esto, que parece algo complicado en un principio, es en realidad algo tan fácil de comprender que convierte este desafío en algo apto para todo público. “Un niño de 7 u 8 años, con la ayuda de un adulto lo puede jugar tranquilamente, porque le vas a explicando, se va entendiendo y aparte practican algo de lectura, y algo de matemáticas porque el juego tiene billetes. Si no, un niño de 12 años ya lo puede jugar solo. Pero como hay muchas implicancias en el juego, se puede ir trabajando en dos niveles: con los más peques se puede trabajar más la cuestión de los valores, eso de escucharnos y ver que con el otro puedo llegar a un mismo objetivo y no estar siempre compitiendo contra él; y con los más grandes podemos charlar sobre lo que significa confrontar una economía social con una economía de capital, y de pensarnos como trabajadores cooperativistas”, aclara.

Como explicó anteriormente Mariana, el Coopolis sirvió como plataforma para relacionarse con otros grupos similares. “Cómo el juego nació como herramienta lúdica en los talleres que damos en la cooperativa, para nosotros se convirtió también en un producto que empezamos a comercializar en las ferias, a través de mercado electrónico, en nuestro espacio en la cooperativa; y eso nos permitió ir conociendo a otros productores de juegos de mesa nacionales como por ejemplo la cooperativa Épica que hace juegos como el nuestro pero con una connotación histórica. Así tenemos juegos de mesa sobre la Batalla de San Lorenzo, El cruce de los Andes y sobre La Vuelta de Obligado”, detalla.

El precio del juego en la actualidad es de 490 pesos y en Factorial explican que hay varias formas de conseguirlo como por ejemplo a través de redes sociales como Facebook (@FConsultora), Instagram (cooperativafactorial), en la tienda Nube; y también en el showroom que tienen en la calle California 2121.

“Tribu Juegos que juntan”, un proyecto a nivel nacional

Al ser “Tribu Juegos que juntan” un proyecto a nivel nacional, Factorial mantiene comunicación fluida con otros grupos que han ido surgiendo en las provincias de país. “Algunos somos de Buenos Aires, pero hay integrantes que son de Paraná (Entre Ríos), Neuquén, Mendoza, Salta porque “Tribu” es federal. También nos encontramos todos cuando se hace el Encuentro Nacional de Juegos de Mesa, que este año se realizó en Bahía Blanca. El año anterior fue en Mendoza, y en el 2016 en Córdoba”, explica Mariana.

“Hoy por hoy, por suerte, estamos totalmente comunicados y por lo tanto tenemos nuestro grupo de Facebook y WhatsApp, para ir resolviendo muchas cuestiones, porque todos tenemos los juegos de los demás integrantes para comercializar en diferentes puntos del país. Y así vamos arreglando intercambios de juegos, y el envío de encomiendas”, agrega.

“También organizamos espacios más abiertos como las Noches de Juegos, como la que hicimos hace poquito acá en Barracas, y ahí se pueden conocer y jugar a todos los juegos y conocer a sus productores. Y hace poco, el 9 de diciembre, también organizamos un Festival para la Niñez en la plazoleta de Iriarte y Vieytes junto a otros emprendimientos como el Circuito Cultural Barracas, Licuadora Arte y Editorial Muchas Nueces”, concluye.

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