Harina integral, azúcar integral,
nada de huevos, de leche ni de manteca, son las características básicas de las
galletitas naturales. Se les pueden agregar semillas, frutos secos, chips de
chocolate, frutas frescas y los condimentos que más nos gusten como canela,
clavo de olor, jengibre en polvo, cardamomo, ralladura de limón, de naranja o de
mandarina, etc.
“Creo realmente que la cocina es un acto de amor, que comer es
uno de los mayores placeres y no siempre le damos la importancia que tiene -dice
Anabella Rago, pastelera especializada en cocina integral y vegana-. La mayoría
de las personas no le dedica tiempo, ni para elaborar lo que comemos ni para el
acto de comer en sí, porque siempre estamos apurados y ya se convirtió para
muchos en algo que hacemos casi mecánicamente. Ojalá pudiéramos volver a la
comida casera y con productos de calidad que tan bien nos hacen. De lo que
consumimos depende nuestra salud porque no hay frase más acertada que la que
dice ‘somos lo que comemos’”, explica.
Las semillas, que hoy están tan
difundidas por los nutricionistas gracias a sus cualidades, son aliadas
naturales de las cookies caseras a las que les aportan buen aspecto, una mayor
cualidad alimenticia y las hacen más crocantes. Cuando les agregamos semillas,
una parte de ellas se puede moler para aprovechar todos sus nutrientes. De lo
contrario, pasan por nuestro organismo sin ser asimiladas. Para molerlas se
puede utilizar un mortero o un molinillo eléctrico de café. Las semillas molidas
se mezclan con la harina y los ingredientes secos y se guarda un puñado de
semillas enteras para decorar y espolvorear por encima de las galletitas.
Las semillas de lino, sésamo y
girasol son las más comunes y se consiguen en cualquier supermercado o
dietética.
Las de lino aportan ácidos grasos
esenciales y Omega 3, fundamentales para mantener el buen funcionamiento de
nuestro organismo. Además, colaboran en la digestión de otros alimentos y ayudan
a mantener una buena circulación sanguínea. Las semillas de lino remojadas y
licuadas se utilizan como un método natural para evitar el estreñimiento.
Las semillas de sésamo constituyen
una fuente importante de calcio. También aportan fósforo, zinc, magnesio y
vitamina E. Poseen lecitina, un poderoso agente que previene el agotamiento
nervioso y cerebral. Se consigue tostado o natural en las dietéticas.
Y las semillas de girasol poseen la
virtud de contener ácidos grasos que disminuyen el riesgo de sufrir problemas
cardiovasculares. Aportan ácido fólico, imprescindible durante el embarazo. Por
su alto contenido de potasio y magnesio son indicadas en la dieta de los
deportistas.
También se pueden utilizar semillas
de amapola, de zapallo, semillas de chía, de quinoa o de amaranto. Estas últimas
poseen un alto contenido proteico y los 10 aminoácidos esenciales para el
organismo, lo que las convierte en alimentos muy completos.
Pero lo más importante de todo es
que son deliciosas, sacian nuestro apetito más que las galletitas fabricadas, y
nos inundan nuestra cocina de aromas exquisitos.