"No me hagas nada, tengo un hijo" fueron las últimas palabras de la playera Déborah Ríos asesinada ayer a la madrugada en el cruce de Malabia y avenida San Fernando de la localidad de Cuartel V, por donde la víctima pasaba todos los días para ir a tomar el colectivo que la llevaba a su trabajo.
El testimonio de una testigo ayudó a reconstruir el trágico asalto que sufrió Déborah y que terminó con su vida.
No era la primera vez que le robaban y por eso llevaba un aerosol de gas pimienta, con el que les habría echado en la cara a los delincuentes y lo que habría despertado la furia de ellos para matarla.
Los sospechosos del crimen fueron detenidos. El primero idenficado fue Enzo Leonel Aylan, de 24 años, lo detuvieron a cien metros de la escena del asesinato. Unas horas más tarde detuvieron a Alexis Matcovich, de 20 años. También en un domicilio cercano al lugar del hecho. La fiscal Carina Saucedo los imputó por "Homicidio en concurso real con robo agravado" y los indagará en las próximas horas.
La fiscal no descarta que haya una tercera persona involucrada, como la posibilidad de que tuvieran marcada a la víctima.
Déborah tenía 36 años y un hijo de 13.