Nacido en China hace 42 años, su nombre explotó en las redes sociales bajo el apodo #ElChinodelPingPong durante los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, el momento cumbre de su carrera.
Song llegó al país en 1995. Siguió los pasos de su padre que en 1990 habían instalado una lavandería en Floresta. "Hincha" de Boca y amante del mate, con su paciencia oriental y su sonrisa entró en el corazón de los argentinos.
Antes de llegar a Buenos Aires, Song había jugado en categorías menores del deporte en su tierra natal. Incluso formó parte del seleccionado chino, pero la diferencia de nivel con las figuras más emblemáticas no lo dejó destacarse.
En Argentina su jerarquía fue valorada y entró en el conjunto nacional como la máxima figura. Se quedó en el país hasta 2001, momento en el que se fue a Francia para seguir su carrera profesional. Pero no le huyó a la bandera que lo acogió.
Representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012. También lo hizo en distintos Juegos Panamericanos. Allí fue donde dejó una imagen imborrable: su festejo en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Ahí Song se "sacó la mufa" de haber perdido tantas finales, y consiguió la de oro.
A lo argento, con un alocado grito, extendió sus brazos e hizo emocionar a todos con corrida, avioncito y grito de gol.
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