Científicos llegaron a esa conclusión después de encontrar la momia del faraón egipcio, que entre su cuerpo y la vestimenta contaba con una fina prenda de lino y algodón. Es decir, el ser humano utiliza esa prenda desde hace, al menos, 3300 años. La utilidad inicial era la de preservar el cuerpo del frío, pero con el paso del tiempo se ha convertido en una infalible arma de seducción