Las preguntas se multiplican, tanto como fotos y selfies improvisadas. Después de recibir de Sony Music Argentina, un reconocimiento por su trayectoria musical, más las recomendaciones del productor Afo Verde, "¿Te falta hacerte hipster?", bromea en relación a las barbas y cortes de moda, Diego Torres está más que conforme con su regreso al ruedo.
"Venía de una gira de casi dos años en 2011 y luego de hacer una tira, con eso no servís para dedicarte a otra cosa. Tampoco tenía ganas de hacer un disco en esas circunstancias porque requiere tiempo", asume. El tiempo se lo tomó y de esa preparación surgió Buena Vida, trabajo que partió en 2014 con 30 canciones. "Van saliendo de la nada, canciones que desplazan a otras y ahí empieza a aparecer el disco". De esa selección quedaron 11 temas y un propósito. "Siempre me gustó la fusión y traté de ser inquieto y no quedarme, es una herencia de familia", asegura. Tal vez por esto se explica que además del tema compartido con Rubén Blades, que por estas semanas suena en todas las radios de América, "Hoy es domingo", Diego haya pensado en atravesar otros estilos.
"La música me ha permitido juntarme con otros universos como del flamenco, hacer un reggae con Big Mountain, con hiphoperos o la Mala Rodríguez. Gente que vienen de otro ámbito y permiten generar una idea conceptual", describe.
"Somos muy Boca-River"
La Grieta es uno de los temas del disco e inevitablemente se piensa en alusiones políticas. Sin embargo, Torres hace su distinción. "Sinceramente estoy más allá de esta situación, hablo de una grieta que existe en el mundo, no sólo en Argentina, con peronismo antiperonismo, gobierno o anti gobierno, nosotros somos muy Boca-River, pero también sucede entre Cuba y Estados Unidos, aunque ahora hay un acercamiento. Entre Israel y Palestinos", enumera. Igual aclara. "Pero también existen grietas en las relaciones entre amigos y pareja, los opuestos, quién es el dueño de la verdad, quién inventó las reglas, entonces dame la libertad, que yo soy el dueño de elegir. Por más que pensemos diferentes no somos enemigos".
Donald Trump y los latinos, surgen de la conversación, Diego reside buena parte del año, aunque descarta por enésima vez, elegirlo como lugar definitivo. En cuanto al empresario y aspirante a la presidencia norteamericana dice: "Creo que este muchacho lo hace a propósito para que estemos hablando de él. Yo hace años que vivo un poco en Miami y otro acá, por mi trabajo. He pasado 4 meses en España, vengo de Colombia, toda esta experiencia me ha permitido ver las diferencias así que cada uno debe ser libre de pensamiento y no ser enemigo por pensar diferente", insiste.
Descarta que sus reflexiones surjan en relación a una Argentina a futuro, pensando en su hija. "Mi hija es chiquita pero sí tengo una familia grande donde hay mucho debate, muchas diferentes opiniones, está bueno con mi sobrino que es un hombre grande, hablar desde generaciones diferentes", afirma. Escuchar, abrir juego, son sus opciones pensando en la tolerancia social. "Creo que la situación de poder salir y entrar me desnuda de ciertas cosas que pasan en el país, yo lo traslado a una pareja en permanente crisis, está bien, la crisis es parte, pero algo tenemos que sacar en claro del discutir". La idea y la pregunta de convertirse en un artista panregional con domicilio en el exterior, le arranca una sonrisa. "No me imagino dejando mi país, si me decís a mi, me iría a vivir a San Martín de los Andes como en su momento cuando me fui a vivir a Mar del Plata", cuenta animándose a proyectarse. Entre el te listo y las luces de la noche de Palermo, Diego va cerrando el primer paso de su Buena Vida en la Argentina.
Irónico y siguiendo el juego de un ciudadano del mundo, agrega: "No voy a venir diciendo 'mi habla mal español (risas) , tan pelotudo no soy. Si me ven haciendo esas cosas, por favor avísenme".
"Ser responsable de lo que haces es clave"
Llegar a Diego Torres, por qué no admitirlo, obliga a pensar más allá del GPS, de hecho el lanzamiento de su último trabajo Buena Vida, es en La Escondida, lugar perdido entre los lagos de Palermo, difícil de ubicar, de entrada. Pero aún cuando el cantante sostenga que lleva "una vida tranquila, sin ningún misterio", se sabe que, salvo un par de destinos fijos, al muchacho le gusta andar en movimiento.
"La gente piensa que yo vivo guardado aquí o en Miami y a lo mejor estoy comiendo en Chiquilín después de ver amigos en el teatro, o disfrutando del undercover (algo así como los recovecos) de Buenos Aires", comenta a Diario Popular. Y entre su aliento a Los Pumas, el saludo a las madres en su día y bancar a su amigo Di María en el duelo PSG-Real Madrid, por más que no lo diga, el margen de descanso por estos días es escaso.
En sus argumentos está adaptarse a las reglas del juego. "Para aquel que recién empieza, debe saber que aunque se queje por tener que viajar, nadie va a ocupar mejor tu espacio que vos mismo, haciéndote responsable", dice y agrega: "Por más que editen tu disco en muchos países, si vos no vas no sirve".
Igual, en su agenda cargada, surgen invalorables cosechas como la del último fin de semana donde viajó a Miami para incorporarse al Pabellón de la Fama de los Compositores Latinos, distinción que ya recibieron Gustavo Santaolalla y Emilio Estefan, entre otros.
"En realidad es gratificante porque está distinción viene directamente de los colegas, que ellos interpreten algunas de tus canciones, convierte a esa en una noche especial", admite.
Los tuits del artista junto a algunos de sus referentes, pero también las fotos en Miami, conmovido con su mujer Debora Bello, avalan tanta alegría.
Claro que la gira y sus convicciones lo llevaron a seguir con su camino, Buena Vida, mediante.
Dos días después, Diego siguió con su itinerario entre Bogotá y Cali, gozoso de ver las primeras repercusiones de "Hoy es domingo".
"En este momento de la paternidad, sé que debo dejar a mi familia, pero pasar unos días sin ella, me obliga a acostumbrarme a esto, porque la música es el camino que elegí. Igual cuesta".
Conciente de años de esfuerzos y del peso específico de la música latina en todo el mundo, asume Diego su incidencia en el mercado estadounidense.
"A mi me encanta lo que sucede", explica en relación al Grammy incorporando artistas de habla hispana. "La música es un lugar ideal y propicio para manifestarnos, tenemos la suerte de ser una región que habla el mismo idioma, aún con países que son muy, muy diferentes. Entonces, creo que la situación accidental de un premio, por ejemplo, nos permite juntar diferentes artistas, darle al premio nuevos contenidos. Bueno, al menos eso es lo que espero de todo esto, aunque no sea uno quien lo maneje".
Lo cierto es que Hoy es domingo, tema que compuso con el cubano Yotuel e interpreta con el panameño Rubén Blades, ya es candidato a una de los codiciados Grammy para noviembre. En ese caso, tal como recomienda Diego Torres, allí estará. "Hacerte responsable", deja resonando como consejo. Le cabe a novatos o a artistas de pura cepa.i
Entre el Mono de Papeles y el cariño y la admiración por Daniel Rabinovich
Grata sorpresa entre el público y numerosos elogios de la prensa especializada por su personaje en Papeles en el Viento, de Juan Taratuto que le valieron la nominación de los Premios SUR 2015, como mejor actor de reparto, generaron un sabor especial en su interpretación de El Mono.
"De hecho, él mismo admite que su papel tiene un valor diferente al de otros. "Fue un personaje muy especial, porque El Mono deja una hija y yo había sido padre hace poco de Nina. También la historia habla de Independiente y, si bien yo soy de Boca, mi vieja era de Independiente, mi abuelo también lo era. Los dos, nacidos en Avellaneda. Se fueron sucediendo algunas cosas que tenían que ver con mi familia y mi vida". En su repaso y reflexión, Diego hace una pausa. Acaso pensando en la historia escrita por Eduardo Sacheri, donde los amigos de El Mono, enfermo de cáncer, hacen lo imposible por cumplirle su sueño y dejarle algo de éste a su hija.
"También hacer ese personaje fue darme cuenta de que el tiempo es efímero. Que estamos de paso, hoy estás y mañana no sabés. Mirá al Mono, era un tipo fuerte y rozagante y vino algo y se lo llevó. Eso me movilizó mucho", admite.
Acepta hacer un paralelismo entre componer un personaje y el proceso que también lleva elaborar un disco.
"Siempre es necesario aprender, dice, por eso es bueno trabajar con buen director, con buenos compañeros actores. Si hay compañerismo y solidaridad, se genera ese ida y vuelta necesario. Este trabajo es jugar y conectar".
En ese juego de conexiones, Torres no se olvida de Daniel Rabinovich, Les Luthiers, recientemente fallecido, que en el film interpreta a un periodista deportivo de dudosa moral.
"Fue una película que amé, que la pasé bien, pude juntarme con Rabinovich, una persona a quien quise mucho y que conocía desde hace años", comenta. "En una oportunidad lo había llamado para sumarlo a una película, Extraños en la Noche, para que hiciera de mi viejo, le dije te mando el guión y me dijo 'noooo, me encanta hacer de tu viejo'", cuenta conmovido. "Se lo va a extrañar mucho, soy fanático de les Luthiers y los momentos que dejaba en escena eran incomparables. Sus compañeros lo admitieron".