La espectacular Rosmery González fue la nueva elegida de Marcelo Tinellipara insuflarle nuevos aires al elenco de bailarines de ShowMatch. Tras una dura competencia con la panameña Kate Rodríguez, la cubana se quedó con la vacante y desde hace un mes supera sin problemas las diferentes instancias del certamen.
Sin embargo, para Rosmery, todo esto tiene un valor aparte. Llegada a la Argentina en el año 2001, tras contraer nupcias con un ciudadano argentino, la joven debió adaptarse a las nuevas condiciones que le implicaba un país este, que además de ser muy diferente a su tierra natal, estaba al borde del estallido social.
Pero además, Rosmery debió dejar detrás de sí a su abuela Mercedes (o "Mima"), a quien ella considera responsable de todos sus logros. "Gracias a mi abuelita soy lo que soy y aunque amo a mi mamá, Mima siempre estuvo primero que nadie", le contó a la revista Pronto.
Si bien en sus comienzos, la joven debió trabajar como recepcionista, moza y promotora, el deseo de bailar nuevamente se hizo fuerte en ella y por eso comenzó a ir a clases en la escuela de Flavio Mendoza.
Rosmery recién pudo volver a Cuba tras triunfar en la revista Stravaganza. El propio Mendoza la descubrió entre todas sus alumnas y la invitó a formar parte del show; y además también le pagó el pasaje hacia la isla.
Desgraciadamente, a su regreso, Rosmery encontró a una "Mima" muy afectada por el mal de Alzheimer, que sin embargo tuvo un momento de lucidez en el que le llegó a decir: "No te pongas triste porque estoy así, tesoro. Sabés que yo te amo mucho". Mima murió poco después pero la bailarina se sobrepuso, así como lo hizo al hecho de que nunca pudo establecer una relación afectiva con su padre en todos estos años, y volvió a Buenos Aires, donde le esperaba el estrellato al que la lanzó el Bailando.