Ayer el Bailando arrancó con la artista que viene marcando excelentes performances en cada aparición que hace: Fátima Flórez. Esta vez le tocó parodiar a Solita Silveyra y, a diferencia de otras máscaras no tan logradas, esta vez tanto en el aspecto como en la inreíble caracterización de la imitadora, el personaje hizo olvidar a la original. A tal punto que Tinelli quiso inmortalizar a ambas en una selfie. "Nunca estamos solas, siempre tenemos un huesito", fue una de las tantas frases con las que Fátima hizo reir a Silveyra. Y al televidente.
Luego llegó el baile. La primera pareja en pasar por la pista fue la de Aníbal Pachano y Laurita Fernández, la ex novia del productor estrella de Tinelli, Federico Hoppe. Tinelli intentó una reconciliación pero ella esquivó el compromiso. Incluso Marcelo entrevistó a la madre de la bailarina, quien contó que el productor le hizo "un video romántico para su cumpleaños" a su hija y agregó que en Navidad "la fue a buscar a Aeroparque".
Cerrando la historia de amor con mensajes cruzados Laurita le deseó a Hoppe "Que sea feliz!".
Pero la emoción de la noche llegó con la presencia de María Eugenia Ritó, que entró llorando de emoción. "Hace un año la vida de María Eugenia era otra. Hoy está disfrutando del baile en este lugar, en el día de su cumpleaños", dijo Tinelli. Y la rubia devolvió gentilezas: "Te agradezco de todo corazón a vos Marce -dijo sollozando-.
"Salí de esa mierda a donde me llevaron y acá estoy parada. Esto sirve para mucha gente que está detrás de esa porquería. Chicos, no caigan en eso porque les quita el alma, ¡¡¡la puta madre!!".i