"Mantengo mi apellido como una incógnita porque la sociedad no comprende que uno puede ser un buen profesional y a la vez alguien que te haga reír (más o menos lo que intenta reflejar la película Patch Adams, ¿no?)", comenta a Diario Popular Lucas, el psicólogo y profesor porteño responsable de este exitoso delirio cómico originado en la mencionada red social. Todo lo que nos dijo después, a continuación.
-¿Cuándo y cómo surge Portadas Apócrifas?
-La idea de Portadas Apócrifas surge a mediados de enero, en uno de esos días de calor sofocante típicos del verano porteño. Salía de laburar con unos amigos y nos fuimos a tomar algo. Y entre charla y charla surgió una discusión sobre una frase que había leído en Facebook, de esas típicas imágenes con la foto de algún famoso de la historia de la cultura y una frase de sospechosa autenticidad. En este caso era extremo. No recuerdo quién era el personaje ni qué decía la frase, pero era obvio que no lo había dicho porque era ideológicamente opuesto al personaje. Era una incongruencia, como si te dijera Bob Marley hablando de superioridad racial. Y ahí empezamos a tirar frases que no tenían nada que ver y a relacionarlas con personajes, a armar frases apócrifas.
Llegué a mi casa después de eso y decidí hacer en Photoshop algunas de las frases que habíamos dicho con mis amigos para reírnos un rato, y nos matamos de risa con eso. De ahí se me ocurrió armar una página y hacer algo masivo de eso, para que la gente aprenda que no todo lo que se lee en Internet es cierto. Un ejemplo real es el de la frase discriminatoria para con las mujeres que hace poco le atribuyeron a Bergoglio, que al final se demostró que era falso (te guste o no te guste Bergoglio, atribuirle algo que no dijo para criticarlo es una ridiculez). El resto es historia: la gente se copó y día a día se suman entre quinientas y mil personas nuevas.
-¿Cómo definirías a Portadas Apócrifas?
-Portadas para Facebook con frases imposibles para personajes impensables que todos conocemos. La página se ríe del absurdo, y también desacraliza un poco a las personalidades que toca. A veces la gente se queja y dice "eh, ¿cómo podés reírte así de San Martín o de Favaloro?", a lo que les respondo siempre lo mismo: no me río del personaje en cuestión. ¿Nunca le hiciste un chiste a tu viejo? Seguro que sí. ¿Y dejaste de respetarlo o quererlo por eso? Obviamente que no. No hay nada sagrado, no sólo para el humor, sino en general. Creo que como sociedad tenemos que aprender que reírse es sano y por ende es bueno, y uno no puede andar fiscalizando de qué podemos y de qué no podemos reírnos. Reírse de algo o de alguien no implica necesariamente faltarle el respeto.
-¿Cuáles fueron las primeras repercusiones que tuviste con la página de Facebook y cuáles son las reacciones que notás hoy?
-En general la gente se copa, aportan ideas, se ríen, me felicitan y hasta a veces aparece algún seguidor que agradece porque estaba teniendo un mal día y una portada le pintó una sonrisa en la cara. Por supuesto que también están los detractores. Y no me parece malo tampoco, acepto las críticas, siempre las escucho. Después está en mí tomarlas en cuenta o no, para algo cada uno tiene criterio y libertad de elegir. El problema surge cuando hay gente que quiere que una portada sea borrada porque no le gusta o se sintió ofendido. Eso va contra la libertad de expresión, más siendo que nunca es mi intención faltar el respeto a nadie.
-¿Sentiste que hubo algún momento en particular en el que la cantidad de gente a la que le gusta la página creció considerablemente, o fue un crecimiento paulatino?
-Hay un crecimiento sostenido pero, así y todo, hay picos que se corresponden con las portadas que por ahí tienen más impacto. En general, un día en que no subo nada se suman unas 500 personas, pero los días en que actualizo se suman unas 1000 quizás, y si la portada impacta más puede llegar casi a 1500 nuevos seguidores en un día. Es más o menos lo que pasó con portadas como la del nuevo Papa, la del día de los enamorados (con Barreda), etc.
-¿Cuáles son tus principales referencias o influencias humorísticas?
-En general me gusta el humor bizarro y lo absurdo. Lo surrealista diría. Solía juntarme con mis amigos a comer pizza y ver películas de Monty Python, o a ver videos de Cha Cha Cha tomando una cerveza (tengo un amigo que tenía los programas grabados en VHS y es quien me hizo verlo por primera vez). Me encantan los trabajos de Alfredo Casero, Benny Hill y lo más viejo de Capusotto (Todo X $2 me encantaba y aún hoy veo videos del ranking musical por Youtube; en mi opinión hacía una gran dupla con Fabio Alberti).
Otros humoristas que me gustan son Tangalanga, Yayo y cada tanto hasta me engancho con Chichilo Viale, que cuenta los mejores chistes de borrachos del mundo. También me gusta mucho jugar con el absurdo. En ese sentido, juegos de PC como el Monkey Island son insuperables. Después todo surge con amigos, que son con los que me río y con quienes se me ocurren la mayoría de los chistes y las portadas que hago. Como siempre digo: el humor es como el sexo, hacerlo solo es una paja.
-¿Por qué creés que a la gente le gusta Portadas Apócrifas y por qué creés que le gusta tanto compartirlas?
-Porque es un humor un poco irreverente, que lleva las cosas un poco más allá. La gente está un poco aburrida de las cosas con olor a naftalina, de la falsa pulcritud, de arrastrar una cultura vetusta. Se nota por ejemplo en el interés actual por el revisionismo histórico: a la gente le interesa más conocer los amoríos prohibidos de Rosas que leer cómo lo derrotaron en la batalla de Caseros.
Además Portadas Apócrifas es humor espontáneo, breve, es una imagen y un texto corto. No es un chiste largo ni un video de diez minutos. Es como un "shot" de humor. Lo ves en segundos, te reís, lo compartís, lo ve otro, se ríe, lo comparte y así se viraliza. Uno no siempre tiene tiempo para ver un video entero o leer un chiste; con las portadas no necesitás mucho tiempo, te podés reír mientras laburás o hablás con tu novia por teléfono sin dejar de hacer lo que estabas haciendo.
-¿Cuáles son tus páginas de Facebook favoritas?
-Me gustan ideas como "Did you catch it?" o "Chicas Bondi", porque son ideas nuevas y con cierta carga de nuestra cultura, son cosas bien nuestras: armar traducciones forzadas bien cualquiera con el inglés (lo que en general llamamos "spanglish") y la mística de los viajes en colectivo (¿quién no se colgó mirando una mina linda en un bondi viajando a cualquier parte?). Otra que sigo es "El club de los libros perdidos", porque soy un lector empedernido, pero a veces se pone muy edulcorada con las cosas que comparte (sobredosis de Neruda y Benedetti, ponele).
-¿Te acordás cuál fue la portada apócrifa que más likes y comentarios tuvo? ¿Por qué creés que tuvo tanto éxito o repercusión?
-Sí, la de Cristina Fernández de Kirchner diciendo "Tenemos un Papa en el Vaticano, una reina en Holanda, a Messi en el Barcelona y a D10s en Dubai. Falta meter presidente en EEUU y ganamos el TEG.". Pegó porque la subí justo el día en que eligieron a Bergoglio como Papa, y cuando la portada está relacionada a algo de actualidad suele tener más impacto.
Hoy un chiste sobre el Papa no causa la misma gracia que hace casi un mes. Ese es otro punto que aprovecho con Portadas Apócrifas en algunos casos: hacer humor con la actualidad. Igual no ahondo mucho en esa línea porque tampoco me gustaría caer de lleno en el humor político.
-Si tuvieras que elegir, ¿cuáles son tus personajes (reales o ficticios) favoritos de todos los tiempos? ¿Les dedicaste alguna portada apócrifa?
-Obvio que haría portadas apócrifas con mis personajes favoritos y de hecho las hice. Como dije antes hay que desacralizar. Siempre admiré a Borges (debo admitir que es mi escritor favorito) y le dediqué la frase "Puto el que lee", con todo lo que ello implica. También admiro a Favaloro, que siempre fue un ejemplo a seguir para mí, y sin embargo le hice una portada, y no por eso lo admiro menos. Hubo gente que se indignó y me dijo de todo.
Creo que Favaloro no deja de ser quien fue porque yo le haya atribuido la frase "Rompeme el corazón pero no las bolas". Creo que hasta Favaloro se reiría si la viera. Además fijate qué loco: si hago un chiste con él la gente se ofende, pero cuando Favaloro se suicidó harto de la situación sociopolítica del país nadie dijo nada. Son los hipócritas de siempre los que se ofenden, los moralistas de vidriera.
-¿Algunas palabras finales para los lectores de Diario Popular?
-Lo mismo que le digo a todo el mundo: ríanse porque el que no se ríe poco a poco se muere por dentro. La risa es parte importante del ser, nos ayuda a sobrellevar las peores situaciones de la vida y esa carga de tedio que a veces puede tener el día a día, y además el humor es una de las formas de la libertad. A veces es la única forma de crítica y resistencia que te queda. Es la mejor alternativa ante tanta televisión y tanto psicofármaco a los que la gente recurre para escapar un rato, ilusoriamente, de sus problemas.
Cuando voy a visitar a alguien que está internado en un hospital sin poder salir siempre intento hacerlo reír y después me lo agradecen, lo mismo hago cuando un amigo anda bajoneado porque lo largó una mina o cualquier otro drama y se encierra en su casa. Pero ahí está el secreto: hacer humor no es sólo para reírse uno mismo, es también para que los otros se rían. Ríanse y hagan reír, compartan los chistes buenos y la sonrisa con sus seres queridos (y con los no queridos también). El humor es altruista, uno hace reír al otro sin pedirle nada a cambio, por eso es una gran forma de combatir al egoísmo corriente propio de nuestra sociedad.