Acá está el peronismo que arregla y el que resiste”, dicen los cuatro presos políticos en la película Unidad XV del director Martín Desalvo. Apenas derrocado Perón en el año 55 por la Revolución Libertadora: Guillermo Patricio Kelly (en la piel de Diego Gentile), Héctor Cámpora (Carlos Belloso), Jorge Antonio (Lautaro Delgado) y John William Cooke (Rafael Spregelburd), son confinados a la cárcel de Río Gallegos: la distancia y el frío eran las barreras naturales a vencer para protagonizar una de las fugas más espectaculares de nuestra historia.
Unidad XV se estrenó el jueves pasado y para Spregelburd “el título de la película ‘Unidad’ juega un doble rol en el pabellón 15 donde estaban alojados un póker de ideologías muy distintas para planificar la fuga (que se llevó a cabo el 18 de marzo de 1957). Era lisa y llanamente lo que llamo el peronismo de las contradicciones insolubles. La extrema derecha (Jorge Antonio y Kelly) y la extrema izquierda (Cooke y Cámpora) y la pregunta que está latente era quién se arrogaba el derecho dentro de esa celda dar sentido al peronismo”. Una disquisición, a Cooke dentro de las filas peronistas se lo acusaba de “comunista”
Lejos de un planteo filosófico e ideológico, Unidad XV es “una película respetuosa del género carcelario, de encierro y pase lo que pase se tenían que poner de acuerdo en la fuga porque de otra manera los fusilaban”.
En lo que respecta a su personaje, Cooke señaló que “yo me documenté mucho sobre Cooke. Para mi fue un gran privilegio su interpretación y una gran responsabilidad. A los 24 años fue el diputado más joven, él estuvo a cargo del desmantelamiento de los operativos de prensa contra Perón. El tipo persigue como delito a la construcción de noticias falsas en el año 47. ¿Te suena?, tal cual pasa hoy. Era abogado y no sólo de palabra y de retórica. En el bombardeo de Plaza de Mayo en el 55, el tipo sacó las armas y salió a matar milicos. Es un personaje de una dimensión enorme. Sus cartas de amor para con su pareja son extraordinarias. Sabiendo todo esto, en la película se lo muestra como un tipo orgulloso, vehemente. Al film le viene muy bien que fuera opuesto a los compañeros de cárcel y que fuera el verdadero obstáculo para esa unidad”.
El actor insistió que “Cooke siendo un ideólogo de izquierda trasciende el peronismo, ¿qué hubiese pasado con el peronismo si Cooke hubiera heredado el movimiento. Se hablaría de cookismo y no de peronismo y otro gallo cantaría”. Spregerburd se ríe y hace referencia a la carta que Perón le dejó a Cooke en su exilio para encabezar el movimiento, nombra su heredero: “La existencia de la carta es real, aparece en la película como una de las licencias que se toma el director”.
Spregerburd quedó encandilado por el personaje a tal punto que para su interpretación devoró sus libros: “De la lectura de los libros de Cooke en el presente no hay que alterar una coma para que se aplique a cualquier época. El acierto de la película es que pretendiendo una reconstrucción estilizada de una historia es de un enorme presente”, concluye.
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