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Las instalaciones de la empresa El Látigo desde hace meses no tienen vigilancia, motivo por el cual ingresan a diario decenas de carros que arrojan todo tipo de desechos, incluso esqueletos de autos desguazados.
El predio abandonado del ex frigorífico El Látigo se convirtió en un enorme basural a cielo abierto, donde ingresan a diario decenas de carros a descargar todo tipo de desechos que atraen a ratas de gran tamaño, situación que desató la bronca de los vecinos de Florencio Varela que habitan esa zona.
El terreno, que está ubicado sobre la avenida Jorge Novak al 2100 y tiene más de 45 mil metros cuadrados de extensión, fue rematado y adquirido por un empresario textil. Hasta hace poco el lugar contaba con vigilancia, que se extendía a lo largo de la demolición de lo que fuera la planta del frigorífico. Sin embargo, a partir del levantamiento de la custodia, incluidas camionetas de la Guardia Comunal del Municipio, pasó a ser ofertado en el mercado inmobiliario.
Sin personal de seguridad, el predio quedó a la buena de Dios y los llamados "carreros" encontraron el lugar propicio para descargar sus carros con basura. Incluso, según informó Varela al Día, en el lugar se pueden observar carrocerías de autos desguazados, que son trasladados con total impunidad y a la vista de todos.
Además, proliferan residuos de obras como escombros y hierros, así como también bolsas de desechos domiciliarios, que por lo general contienen restos de comida y son los que atraen a las ratas y a los perros callejeros que suelen merodear el terreno.
Exigen saneamiento
Según denunciaron los vecinos, durante el día se pueden ver "ratas del tamaño de un gato", que cruzan la avenida Jorge Novak para entrar y salir de las instalaciones del ex frigorífico.
Las quejas principalmente son de los habitantes de las calles Concejal Simón Moranchel, Concejal Baldomero Serrano, Intendente Alberto Barzi y Concejal Juan Brown.
Preocupados por la contaminación y el riesgo sanitario, los vecinos exigen a la municipalidad de Florencio Varela el saneamiento del predio y el retorno de vigiladores o de la Guardia Comunal, para evitar que continúen ingresando los carros a arrojar basura