En la vuelta a los entrenamientos de River después de la dura caída ante Lanús por la final de la Supercopa Argentina, Marcelo Gallardo se encontró con dos noticias: una le despierta preocupación, la otra le da una luz de esperanza. El técnico no podrá contar con Lucas Alario en las prácticas con el resto del plantel hasta el 3 de marzo, cuando comience el campeonato. Pero Luciano Lollo volvió a hacer trabajos con la pelota después de cuatro meses.
Alario arrastra un golpe desde la previa del Superclásico de verano contra Boca en Mar del Plata. En ese partido, no participó. Se especuló con que iba a jugar la Supercopa ante Lanús, pero tampoco llegó en condiciones. El goleador se quejaba del dolor. Esta mañana le hicieron una resonancia magnética para descartar alguna lesión ósea. El diagnóstico, al final, sin huesos comprometidos, es una contusión ósea importante y una tenosinovitis de los peroneos.
Por su parte, después de ocho meses en el club sin poder disputar un minuto, Lollo avanza firmemente en su recuperación. El 12 de octubre del 2016 volvió a pasar por el quirófano porque el hueso que comprometía su pie no se había curado bien. Ahora, mejora. Esta mañana volvió a tocar la pelota: se movió con el preparador físico y realizó ejercicios con el balón. El cuerpo técnico aguarda tenerlo para la reanudación del campeonato.
Finalmente, en conferencia de prensa, Leonardo Ponzio, capitán millonario, habló de la situación que vive el fútbol argentino: "Es muy difícil entrenar en la semana para no competir", indicó. Y le restó peso al partido del sábado, a la caída ante Lanús: "Este equipo se caracteriza en poder levantar resultados. El otro día no se dio pero eso no significa nada", agregó.
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