La necesidad de Guillermo Barros Schelotto por reforzar a Boca parece, en realidad, más un deseo de renovar el plantel que de potenciarlo. El Xeneize acordó la llegada de Junior Benítez, y sumó su quinto extremo en el plantel: viene a préstamo por 18 meses, con una alta opción de compra.
La aparición de Benítez en Lanús, en 2011, fue interesante. Le dio réditos al Granate: con Guillermo Barros Schelotto en el banco de suplentes, tuvo un rol trascendental en la Copa Sudamericana que ganaron en 2013. Siempre pegado a la raya, con buena gambeta y llegada frecuente al gol, despertó el interés de varios equipos europeos. Salió campeón en el primer semestre del 2016: hizo un gol en la final. Benfica lo adquirió y se lo cedió a Sporting de Braga. En el otro conjunto portugués no jugó. Acumuló 141 minutos en seis meses, y no convirtió tantos.
La falta de continuidad de Benítez, sin embargo, no fue un impedimento para sumarlo al plantel. Tampoco que juega en la misma posición que Ricardo Centurión, Cristian Pavón, Nazareno Solís y Federico Carrizo —a punto de cerrar su salida del equipo—. Lo que importó, en esta situación, fue el conocimiento previo del entrenador.
De esta manera, Boca consiguió su primer refuerzo. Mientras tanto, avanza en las negociaciones para sumar a un arquero: Agustín Rossi, de Defensa y Justicia, está a un paso de firmar su contrato.
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