El triunfo de River en Tucumán volvió a cubrir de fantasmas la Ribera, unos días después de que el empate del Millonario ante Central los había despejado.
Por otro lado, Boca confía en que tiene un fixture más accesible que su archirrival y en la recuperación del nivel de sus jugadores para que no se le escape un campeonato que hasta hace unas fechas parecía tener en un puño, sin rivales a la vista que se le pudieran animar a quitárselo. Pero la impresionante remontada del equipo de Marcelo Gallardo se combinó con la irregularidad e inestabilidad de un Boca que hoy se parece a esos autos que después de ir liderando muchas vueltas la carrera empiezan a largar humo y mostrar fallas en el motor.
Los 9 puntos de diferencia que Boca le llevaba a River cuando a fin de año llegó el receso (tras la fecha 14) parecían una distancia indescontable.
Primero por el nivel de Boca (venía de ganarle en hilera a Racing, San Lorenzo y River) y después porque River tenía que encarar doble competencia en el primer semestre de 2017 por la Copa Libertadores. Pero Boca se quedó sin Carlos Tevez, nada menos. Y este año sus actuaciones no estuvieron a la altura de un puntero que quiere salir campeón.
Los empates con Patronato y Atlético de Rafaela, más la caída de local en el superclásico y la reciente igualdad contra Huracán hicieron el resto. Porque en la otra vereda, River aceleró a fondo con una victoria tras otra (regulando incluso en la Copa Libertadores), salvo el 0-0 ante Central, y llegando a la última curva se le puso a solo un punto de distancia.
Si hay un elemento que refuerza la confianza ‘Xeneize como para contraponerla al mejor presente futbolístico del Millonario es el fixture que les queda a ambos por delante. Pero claro, los cálculos y pronósticos se van al tacho si el Boca puntero pierde de local contra Talleres de Córdoba (cuando empezaba a despegarse de San Lorenzo) o empata también en La Bombonera frente al débil Patronato de Paraná Dejamos al margen el superclásico, que siempre es un partido aparte y donde muchas veces no cuentan los momentos de los equipos.
Pero igualmente a Boca le asiste la derecha de apoyarse sobre el efecto comparativo de lo que le queda. Salvo Independiente el domingo (que encima llega desgastado por su incursión copera en Perú), después tiene a Aldosivi, Olimpo y Unión de Santa Fe, claramente tres de los más flojitos o peores equipos del momento.
En cambio los rivales que deberá enfrentar River tienen un peso específico diferente. Y asoman durísimos, salvo Aldosivi que es el único que se repite entre ambos pretendientes.
Pero los clásicos frente a San Lorenzo y Racing y la visita a Colón en última fecha marcan claramente que el Millonario corre con desventaja en esta pelea al menos en los cálculos previos.
Claro que Boca también tiene un punto de ventaja y a esta altura, muchos hasta imaginan un empate en puntos al final de la última fecha y una finalísima para determinar al campeón. ¿Se imaginan?