Diego Maradona, con todo su dolor a cuestas, al llegar anoche al lugar del velatorio de su madre.
Fútbol
Diego está con los suyos en
el último adiós a su madre
Anoche arribó al aeropuerto de Ezeiza y de inmediato se trasladó hasta el lugar donde comenzó el velatorio de Dalma Salvadora Franco. Se reunió con su padre, sus hermanos y sus hijas Dalma y Gianinna.
Traje negro, corbata negra y camisa blanca. A bordo de un auto que conducía un chofer. Así llegó Diego Armando Maradona a la casa Tres Arroyos, en el límite del barrio porteño de Caballito con La Paternal, donde anoche comenzaron a velarse los restos de Dalma Salvadora Franco, su madre, doña Tota, que falleció el sábado en un sanatorio de Palermo a los 81 años. Allí se encontró con su papá don Diego, con sus hijas Dalma y Gianinna, con sus hermanos y con su ex esposa Claudia Villafañe, lógicamente en medio de escenas de profundo dolor. Diego Maradona llegó en la noche del domingo al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, donde evitó hablar con la prensa para reunirse cuanto antes con sus familiares en el velatorio de doña Tota. Lo hizo procedente de los Emiratos Arabes, donde se encuentra dirigiendo al Al Wasl. El sábado el médico de la familia, Alfredo Cahe, lo llamó por teléfono y le pidió que viniera lo más pronto posible a la Argentina cuando advirtió que el cuadro de salud de su madre “no era bueno”. Horas más tarde, el propio doctor Cahe tomó otra vez el teléfono para transmitirse la dolorosa noticia del fallecimiento de doña Tota.
Al arribar anoche a Ezeiza Diego se fue por una puerta no habitual para evitar el contacto con los periodistas y ganar tiempo así para encontrarse con sus familiares, entre quienes se hallaban sus hijas Dalma y Gianinna, sus hermanos Raúl (Lalo) y Hugo y su padre, Don Diego. Cerca de las 22.30 arribó Diego a la casa funeraria. La muerte de doña Tota encontró a Diego Maradona en pleno trabajo como entrenador en los Emiratos Arabes, pero durante todo el 2011 su madre había sido internada en varias ocasiones. En una de ellas, con un cuadro grave de neumonía, su vida corrió peligro al punto de que en una declaración conmovedora Diego le pidió a Dios “que no se la lleve”. Madre de ocho hijos, Doña Tota había sido internada con un “cuadro de sepsis, insuficiencia renal crónica reagudizada, inestabilidad hemodinámica y deterioro del estado general”, precisó un comunicado del sanatorio Los Arcos.
Recorrió el mundo La muerte de Dalma Salvadora Maradona, la madre de Diego, recorrió el mundo y fue reflejada por los principales medios de comunicación. “Fuerza Dios: murió la mamá de Diego Maradona”, tituló la República de Perú, que como la mayoría de los periódicos le expresó su apoyo al ex jugador y entrenador del seleccionado argentino de fútbol. “Murió Doña Tota, la mamá de Maradona”, puso As, de España, que junto a Marca y Mundo Deportivo, también de ese país, recordaron a la madre del ex astro del fútbol con una foto de ambos. “Maradona llora a su madre ‘Doña Tota’. La mamá del pibe de oro, de 81 años, estaba internada en terapia intensiva en la clínica de Los Arcos y sufrió un infarto”, publicó el deportivo La Gazzetta dello Sport, de Italia, donde Diego consiguió la gloria en el Napoli.
Un “mensaje” de San Agustín para Diego Pasó por nuestra redacción y dejó un sobre. En él, escrito a mano y con letra temblorosa, había un mensaje sin firma. Dejó dicho en mesa de entrada con los ojos humedecidos por la emoción: “Me gustaría que le hicieran llegar esta carta a Diego. Son palabras de San Agustín, relacionadas con la muerte, que me acercaron cuando murió mi madre y me hicieron muy bien”. Y se fue sin decir su nombre. El mensaje decía: “La muerte no es nada. Yo sólo me he ido a la habitación de al lado. Yo soy yo, tú eres tú. Lo que éramos el uno para el otro, lo seguimos siendo. Llámame por el nombre que me has llamado siempre, háblame como siempre lo has hecho. No lo hagas con un tono diferente, de manera solemne o triste. Sigue riéndote de lo que nos hacía reír juntos. Que se pronuncie mi nombre en casa como siempre lo ha sido, sin énfasis ninguno, sin rastro de sombra. La vida es lo que es lo que siempre ha sido. El hilo no está cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de tu mente, simplemente porque estoy fuera de tu vista? Te espero. No estoy lejos, justo del otro lado del camino. Ves, todo va bien. Volverás a encontrar mi corazón. Volverás a encontrar mi ternura acentuada. Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas”.