Fútbol
El Funebrero sigue en crisis, sin ganar en la era de Felipe de la Riva y su gente expresó su malestar insultando a los jugadores. El de Caballito dejó escapar la chance de prenderse bien arriba, cerca de los líderes.
El choque entre Chacarita y Ferro terminó en tablas. Claro que el 1 a 1 final no alcanzó para dejar satisfecho a ninguno de los dos. Al Funebrero porque todavía sigue sin ganar en la era del uruguayo De la Riva y lo suyo sigue emparentado con el término crisis, y al visitante porque, en el balance, se sintió superior, sobre todo en el primer tiempo cuando sacó ventaja y no lo supo definir.
Lo cierto es que el juego quedó planteado de movida entre la fortaleza física de Chacarita y el mejor manejo en velocidad de Ferro. Y dentro de este contexto, el visitante siempre fue mejor. En la medida que logró poner la pelota contra el piso para que el chico Marcos Acuña haga pesar su habilidad y logró abrir el juego por la banda derecha, allí donde Julio Buffarini hizo pesar su recorrido inteligente, el visitante marcó diferencias a su favor en el trámite.
De esta manera, Oeste se adelantó en el tablero en el minuto trece. Un remate de Claudio Aquino rebotó en un defensor, se elevó y generó una salida apresurada de Nicolás Tauber que apeló al recurso del puñetazo, pero la dejó corta. Fue cuando entró en escena el cordobés Julio Buffarini quien a la carrera, y sin dejarla picar, la metió de derecha junto a un poste.
Sin embargo, en el peor momento de Chacarita, cuando ya se había quedado con un hombre menos por la expulsión de Damián Toledo y su gente le exigía entrega a los jugadores recordándole que “no juegan contra nadie”, el partido cambió. Fue a partir de un golazo tremendo de Sebastián Ereros. El ex All Boys capturó una pelota en el círculo central, subió dos velocidades, recorrió quince metros y sacó un zurdazo memorable que se metió en el ángulo derecho del sorprendido De Giorgi.
Con esta incidencia, con este vuelco impensado en el trámite y también en el resultado, se fueron al descanso. Y todo ya fue mucho más parejo y friccionado. Así el empate, el 1 a 1, fue tomando forma definitiva porque, por inercia, los jugadores fueron dándole lugar a las precauciones y ya nadie hizo hincapié en la improvisación.
Lo cierto es que el juego quedó planteado de movida entre la fortaleza física de Chacarita y el mejor manejo en velocidad de Ferro. Y dentro de este contexto, el visitante siempre fue mejor. En la medida que logró poner la pelota contra el piso para que el chico Marcos Acuña haga pesar su habilidad y logró abrir el juego por la banda derecha, allí donde Julio Buffarini hizo pesar su recorrido inteligente, el visitante marcó diferencias a su favor en el trámite.
De esta manera, Oeste se adelantó en el tablero en el minuto trece. Un remate de Claudio Aquino rebotó en un defensor, se elevó y generó una salida apresurada de Nicolás Tauber que apeló al recurso del puñetazo, pero la dejó corta. Fue cuando entró en escena el cordobés Julio Buffarini quien a la carrera, y sin dejarla picar, la metió de derecha junto a un poste.
Sin embargo, en el peor momento de Chacarita, cuando ya se había quedado con un hombre menos por la expulsión de Damián Toledo y su gente le exigía entrega a los jugadores recordándole que “no juegan contra nadie”, el partido cambió. Fue a partir de un golazo tremendo de Sebastián Ereros. El ex All Boys capturó una pelota en el círculo central, subió dos velocidades, recorrió quince metros y sacó un zurdazo memorable que se metió en el ángulo derecho del sorprendido De Giorgi.
Con esta incidencia, con este vuelco impensado en el trámite y también en el resultado, se fueron al descanso. Y todo ya fue mucho más parejo y friccionado. Así el empate, el 1 a 1, fue tomando forma definitiva porque, por inercia, los jugadores fueron dándole lugar a las precauciones y ya nadie hizo hincapié en la improvisación.
Te puede interesar:
las más leídas