Fútbol
Con la conquista de la Libertadores el año pasado, llegó a su punto máximo de aceptación entre los hinchas de San Lorenzo. Pero a partir de allí fue perdiendo consenso al no haber podido repetir un título.
La llegada de Edgardo Bauza a San Lorenzo, allá por enero del año pasado, abrió una gran expectativa entre los hinchas de cara a la participación del equipo azulgrana en la Copa Libertadores de América, ya que estaba planteado con firmeza el objetivo de ganar el por tantas décadas anhelado trofeo.
Si bien alcanzar la misión para la cual fue contratado no le resultó fácil, la vuelta olímpica del 13 de agosto de 2014 quedó grabada en la memoria de los sanlorencistas y desde entonces para la gran mayoría de ellos el Patón Bauza se ganó un lugar en el altar de las glorias del club de Boedo. Más allá de gustos futbolísticos, la obtención de la Copa Libertadores lo elevó a la categoría de intocable.
Pero de a poco, sin dejar de agradecerle de por vida esta gran alegría futbolera, ese embelesamiento fue decreciendo entre los simpatizantes más críticos al ver que el equipo dejaba pasar otras oportunidades de seguir sumando títulos. Desde ahí, la consideración de los hinchas hacia el Patón entró en una bifurcación entre los contemplativos y los más críticos y exigentes.
Para el segundo grupo, justamente, la primera gran decepción fue la floja producción durante el Mundial de Clubes, en el cual enfocaron los reproches en la forma de encarar tácticamente los partidos en semifinales ante el Auckland City (equipo semiprofesional de Nueva Zelanda al que venció en tiempo suplementario) y en la final contra el Real Madrid en la que para muchos en vez de salir a ganar salió a ver que pasaba o traducido de otra manera, a perder por la mínima diferencia posible.
En la órbita del fútbol local las cosas tampoco le salieron bien al equipo del Patón, ya que en la Superfinal 2013/14 (durante el receso de la Copa Libertadores) cayó derrotado por River 1 a 0, porque en la Copa Argentina lo eliminó Defensa y Justicia en octavos de final y por último, porque en el torneo llamado de Transición finalizó octavo (a quince puntos de Racing), con un campaña muy irregular.
Otro trofeo que se escapó
El inicio del año en curso tampoco fue bueno para Bauza y sus muchachos, dado que en partidos de ida y vuelta San Lorenzo resignó la Recopa Sudamericana al caer por un doble 1 a 0, nuevamente, contra River. Resultados que incrementaron las críticas hacia sus planteos al ser considerados demasiado precavidos.
Ni que hablar cuando quedó eliminado en primera ronda de la Copa Libertadores en el presuntuoso grupo de la muerte, una vez que San Pablo y Corinthians quedaron marginados sin superar la ronda de octavos de final.
Sin la chance de revalidar el título de campeón de América, el Ciclón buscó afianzarse en el torneo de Treinta equipos y en la Copa Argentina, en la cual se quedó de a pie en cuartos de final en un polémico partido ante Racing.
Y en el campeonato, si bien mantiene leves chances de alcanzar a Boca en la cima para forzar un desempate, luego del Bombonerazo que lo dejó sólo en la punta el equipo se desinfló y ahora lo que tiene al alcance es la clasificación a la Copa Libertadores del año que viene, que en definitiva sería la llave de la continuidad o no del Patón el año que viene.
La cuenta regresiva ya empezó. Para las esperanzas de los hinchas de volver al mejor plano internacional el año que viene y para Bauza de seguir como técnico del Ciclón.
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