El representante del arquero Franco Armani, Nicolás Petrópulos, aseguró que el argentino “va a jugar en River”, aunque restan ultimar detalles para cerrar la operación.
“El expresó su deseo. Ahora solo falta que se pongan de acuerdo los clubes en la forma de pago. Es cuestión de tiempo, pero Armani va a jugar en River”, expresó Petrópulos en declaraciones a Radio La Red.
Armani emitió un comunicado a través de su cuenta de Instagram en la que agradeció a la hinchada de Atlético Nacional de Medellín, y explicó que su deseo era jugar “en un equipo grande” de Argentina.
“Franco es una persona de perfil bajo, pocas veces habla y es un trabajador de ley. “El quiere jugar en River” completó el representante del jugador.
El pase del arquero es de 4 millones de dólares, aunque la oferta que realizó el Millonario había sido de 2 millones de la moneda norteamericana.
La idea es acercar posiciones para que el jugador, uno de los pedidos del entrenador Marcelo Gallardo, pueda vestir la camiseta del club de Núñez.
En las redes sociales el delantero Faustino Asprilla, quien jugó en Atlético Nacional y es uno de los ídolos del club de Medellín, respaldó a Armani a través de la red social Twitter.
“Armani, ya cumpliste los sueños de millones en Colombia, ahora andá y cumplí los tuyos en tu nación. Gracias por el invaluable aporte que le hiciste al fútbol de mi país y al equipo del que soy hincha. Bienvenido serás siempre para cuando quieras volver. Te queremos”, expresó el ex delantero de la Selección Colombia.
Si bien el DT quería tener para hoy algún refuerzo de los que pidió, lo cierto es que la dirigencia aún no pudo cumplir con los pedidos del “Muñeco”, de cara a un año en el que el “Millonario” tiene por delante tratar de recuperar terreno en la Superliga, jugar la Copa Libertadores y disputar en marzo la Supercopa con Boca. Si bien está casi cerrado lo de Armani, el objetivo prioritario es Lucas Pratto y los dirigentes de River, con una oferta que rondará los once millones de dólares, intentarán “torcer” la postura de los dirigentes del San Pablo, que no están dispuestos a negociarlo.