Aquel pibe de 16 años, Brian Risso Patrón, una de las promesas de las inferiores de Racing que disputó algunos partidos en Primera y jugó en el Sub 17, habló por primera vez desde el penal de Florencio Varela donde está acusado de homicidio.
Desde su fría celda de 2x3 metros, el joven goleador de 19 años contó que le escribe cartas al pibe revelación de la Academia Ricardo Centurión, y admitió: "No veo la hora de salir y seguir con mi vida" porque "hace un año que estoy encerrado y es muy dificil".
Con respecto a volver a jugar en la Primera de Racing, confesó que "todos los días me levanto y me acuesto pensando en el fútbol. No hago otra cosa que no sea pensar en eso. Porque es la única vida que yo tuve. Desde los cuatro años juego al fútbol. Sé que estoy lejos de esa vida. Pero pienso en salir y seguir viviendo del fútbol. No quiero otra cosa".
En una entrevista al mutitino deportivo Olé, Brian recordó grandes momentos en el fútbol. Cuando "mi mamá que me llevaba a entrenar cuando recién empezaba en Racing; cuando tenía 14 años y jugué mi primer partido en Reserva; También me acuerdo de cuando jugué en la Selección, estuve en el Sub 17 con el Tata Brown; Después mi primer partido en Racing, el Chocho Llop me subió a Primera cuando tenía 16 años".
Sobre su vida en la cárcel, señaló: "Me la paso casi todo el día pensando y hablando de Dios, ya que es lo único que me ayuda para aguantar el encierro".
En ese sentido, manifestó que antes "iba de mi casa al club y del club a mi casa, pero estaba acostumbrado a manejarme libremente".
"Cuando me trasladaron de la comisaría al penal, me bajaron del camión, vi el muro alto, se abrieron las puertas y entré. Miraba a mi alrededor y no caía dónde estaba. Quería entender el lugar y en la situación en la que me encontraba, pero no encontraba una respuesta", relató.
Y continuó: "En los primeros dos meses me tuvieron encerrado en una celda. Estaba solo. A veces tenía luz, a veces agua, a veces comía. Otras no. Como en esos primeros días no dejaban que mi familia me trajera comida, tenía que comer lo que me daban acá: fideos y polenta. Todo el tiempo eso. Si no, tenía que vivir tomando mate para engañar el estómago. Esos días se me hicieron meses. Con el tiempo empecé a rodearme de gente, a charlar, a moverme más libremente. Pero ya va casi un año y todavía no me puedo adaptar".
"Mucho no me conocían. Pero después se empezó a decir que había entrado un jugador de Racing y muchos hinchas que hay acá me paraban y me preguntaban del club", dijo Risso Patrón, quien contó que "incluso un hombre que trabaja en el lavadero me contó que su hijo se sacó una foto conmigo en el estadio, me mostró esa foto y me pidió que se la firmara".
Otro momento emocionante dentro del penal fue "cuando ingresé en el primer pabellón me hicieron un escudo de Racing tallado en una madera grande y lo colocaron en el medio. Fue como un homenaje. Es así, en el pabellón se respira mucho Racing".
Asimismo, reconoció que mira todo el día fútbol por televisión con "muchas buenas personas" porque si bien "es un lugar malo, hice algunos amigos que cuando salga los seguiré viendo y me gustaría darles una mano".
En un relato crudo, el futbolista admitió: "Sentí que me dejaron un poco de lado porque por mis condiciones, había gente que se me acercaba, interesados que me golpeaban la espalda y hoy no está nadie"
Al ser consultado sobre que haría cuando salga, Brian aseguró que "estaría todo el día con mi papá y mi mamá; extraño mucho a mi hermano más chico, porque lo veo y se refleja mi infancia porque está todo el día con la pelota bajo el brazo, vestido para jugar". "Si saliese iría a agradecerle a Dios y luego a entrenarme en Racing", dijo.
Sobre el fútbol en la cárcel, expresó que "se juega bastante fuerte, ya que se parece a como se jugaba en mi barrio".
"Todo me sirvió para cambiar mi cabeza porque ahora sé que no hay nada más importante en el mundo que estar con tu familia", concluyó Brian Risso Patrón, quien tiene el contrato suspendido con Racing pero lo visita la psicóloga del club.
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