El "acting" grupal una hora y media después del partido, en el lapso que otrora innumerables figuras del fútbol argentino y mundial se han prestado y siguen prestando -menos que antes- al contacto con los periodistas y que el plantel del seleccionado prefirió utilizar para descargar el remanido encono contra la prensa aprovechando un hecho puntual que les sirvió de disparador de una determinación que venían madurando post-papelón en Belo Horizonte ante Brasil el jueves pasado, arruinó el sabor tan especial de una sólida y lucida actuación ante Colombia.
Una labor y un resultado que eran imprescindibles para atemperar el peor momento de los últimos años, donde el camino a Rusia 2018 -ver aparte- quedó de pronto sembrado de espinas y lleno de dudas. El 3-0 a Colombia despejó en parte el espeso manto de nubarrones que cubrieron el cielo de la albiceleste desde la doble fecha anterior, que incluyó una derrota tristísima en Córdoba ante Paraguay y la reciente y a la vez contundente ante Brasil. Volvió Lionel Messi a ser Messi, ese que disfrutan en Barcelona y que buscamos valorar en su real dimensión pese a todo, porque es nuestro y estamos para gozarlo y para que lo sufran los rivales. Apareció Lucas Pratto dando lecciones de delantero de punta para que Higuaín desde el banco lo observe pese a los millones de dólares o euros de diferencia de cotización entre uno y otro y se vio una recuperación en varios jugadores que hicieron al conjunto, como Otamendi, Mascherano y Mercado, de nuevo titular como lateral derecho tal como Gerardo Martino había optado relegando a Zabaleta, en uno de sus aciertos entre dos copas América perdidas.
- Bauza tiene que decidir y afianzar una línea de juego, una estructura táctica y mantenerla más allá de rivales y circunstancias. Y con los mejores jugadores disponibles, rodeando a Messi.
- Es inconveniente seguir convocando a jugadores por su sola trayectoria, su pasado y por lo que "suma" al grupo y no por su realidad y prestación en el seleccionado. Se llamen como se llamen.
- Nombres como los de Demichelis y Lavezzi, por citar dos casos emblemáticos, deberían evitarse si en sus clubes no tienen una presencia con una continuidad razonable. Acá deberá decidir Bauza con mucha firmeza y no con actitudes "mediatintas".
- Si se quiere ver a la Selección Argentina en el Mundial de Rusia 2018, deberán terminarse las convocatorias por amiguismo y por la "salud del grupo". Paradójicamente, por uno de estos casos, la trascendencia del éxito ante Colombia quedó relativizada.
- Tendrá que valorarse de modo definitivo, con el caso especial de Lucas Pratto como emblema, a aquellos jugadores "con hambre de gloria" y que demuestren tener capacidad para al menos gozar de alguna chance de jugar, no para ser simplemente convocados y no jugar un minuto.
- No cambió el panorama de algunos jugadores "históricos" y además, se agudizó: los Higuain, Zabaleta, Agüero, Di María y Demichelis, entre otros, tienen un ciclo cumplido en la Selección más allá de todo lo bueno que puedan seguir rindiendo y generando en sus clubes. No es para desecharlos definitivamente, pero si son piezas de recambio por los Pratto, Marcos Acuña, Icardi, Alario, Belluschi, Buffarini...
- Bauza deberá contemplar ya de modo oficial la conformación de un plantel local para entrenar semanalmente y poder echar mano de él como base a la que obviamente deberá contemplarse a Messi, Otamendi, Mascherano, Funes Mori, entre otros.
- El restablecimiento en la relación con el periodismo en general es otra tarea a concretar el año que viene. No es bueno para nadie, con la gente en el medio, que un grupo de jugadores tengan una actitud beligerante contra quienes son sus "socios" en la difusión de sus actividades.