Son pocos. En las tribunas, cuando juegan, son pocos: 1200 por partido, como mucho. Los hinchas no acompañan a Palestino como sí lo hacen los de Colo Colo, o la Universidad de Chile. Pero en Chile son muchos: la comunidad palestina, según la crónica que publicó la revista digital "De Cabeza", tiene más de 500.000 personas en todo el territorio trasandino. Y ellos, aunque sea en el fondo, harán fuerza para que esta tarde, en el estadio Santa Laura, los dirigidos por Pablo Guede le ganen a Boca.
El club Palestino existe antes que el Estado de Israel. La comunidad que llegó a Chile lo creó para tener un espacio en común para compartir. Dejaron de lado la cuestión política: incluso en los momentos de guerra más álgidos, no hicieron actos en referencia a lo que sucedía en la Franja de Gaza.
Sólo en dos hechos se manifestaron por el conflicto bélico. En 2002, Leonardo Cauteruchi, arquero del club, atajó con un buzo que lucía el mapa de Palestina antes del nacimiento de Israel. Y el año pasado, a pedido de Guede, el técnico argentino del club, reemplazaron al 1 de la camiseta con el mismo dibujo. Duró poco: Israel se manifestó y tuvieron que sacarlo después de tres partidos.
Ahora el vínculo al Estado árabe es enorme: cuentan con el apoyo del presidente del Estado Palestino, Mahmud Abbas; y del Banco de Palestina, el sponsor de la camiseta.
En 1979, llegaron a la semifinal de la Copa Libertadores. Para este año tienen menos expectativas. Guede decidió que incluirá juveniles para disputarla, ya que el objetivo está puesto en el campeonato. Sin embargo, para ellos, disputar este certamen es un "premio".
Un premio que va más allá de cualquier título.
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