Alejandro Gómez estaba en el campo de juego el día que Darío Benedetto debutó en Primera. Fue el 9 de noviembre de 2008 y el Papu era la figura de Arsenal de Sarandí. Era, más bien, el ícono. Surgido en el club, había integrado el plantel campeón de la Copa Sudamericana en 2007, y a esa altura lo buscaban varios clubes grandes. El Pipa, en cambio, era un juvenil que llevaba dos años en el Viaducto.Algunos meses antes había dejado de trabajar como peón de albañil.
Era el Apertura 2008, y Boca venía con una arremetida feroz. Comandados por Carlos Ischia, perseguían a San Lorenzo con la fuerza de quien no tiene nada que perder. En la fecha 14, visitaron Sarandí. El partido, cerrado, parecía que iba a terminar 0-0. Para evitarlo, el Daniel Garnero, técnico de Arsenal, mandó a la cancha a Benedetto en el minuto '89. Era un chico joven, flaco, desgarbado. Aquel fue su debut. En el equipo estaba Gómez.
El cuento termina mal: Juan Román Riquelme clavó un tiro libre en el último minuto y Boca se llevó los tres puntos. El debut de Benedetto acabó con un triunfo de Boca. La historia sería premonitoria.
Aunque compartieron plantel, no volvieron a encontrarse en la cancha. Solamente fueron esos dos minutos, como un amor que nunca se concretó. Benedetto no volvió a tener juego durante ese campeonato y el Papu fue vendido a San Lorenzo a fin de año.
Las carreras de ambos se bifurcaron. Gómez triunfó en Europa: saltó a Catania, estuvo en Metallist de Ucrania, y hace tres años que juega en Atalanta, donde es ídolo y capitán. Allí se reconvirtió en un extremo con gol y buen pie: en la última temporada convirtió 15 tantos. Benedetto, por su parte, incrementó su volumen con dos préstamos: uno en Gimnasia de Jujuy y el otro en Defensa y Justicia. Regresó a Arsenal para llenarse de gloria y ser la figura del equipo campeón en 2012. Brilló en Xolos de Tijuana, se consagró en América de México, y llegó a Boca para transformarse en un asesino del área.
Jorge Sampaoli apuesta a ellos para la renovación ofensiva. De aquel cuarteto fantástico —Lionel Messi, Ángel Di María, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín— solamente quedan los dos primeros. Esta noche, los dos lugares restantes los ocuparán Gómez y Benedetto, que no tienen experiencia en el seleccionado, pero que viven buenos momentos. Que se encuentren, que se asocien bien con Messi, que no les pese la responsabilidad: ahí estará la clave en el partido frente a Perú. Y que no termine como aquella vez que compartieron cancha.