Comenzará con pruebas en la Primera B para escalar hasta Primera y contribuirá al desarrollo para su implementación en el Mundial de Rusia. La experiencia local se iniciará en las últimas fechas del año.

La posibilidad de utilizar herramientas tecnológicas para ayudar al árbitro parece haber encontrado en el fútbol su momento adecuado.

Pese a la resistencia de años, el actual mundial Sub 20 cuenta con la referencia en pantalla para que ajustarse a una polémica: Lautaro Martínez se ganó una roja por un codazo que no vio el referí pero quedó plasmado en la TV.

Las ligas de Australia, Holanda y Estados Unidos ya lo practican en estado experimental y la Argentina lo implementará antes de que termine el año.

El desembarco de la tecnología en la liga Argentina será un largo desarrollo que comenzará en partidos de la Primera B, en principio sin interactuar en el desarrollo del partido -off line-, para que una vez aceitado pase al estado on line y desde un puesto de control -igual que en los canales de televisión donde el director de cámaras ve en diversas pantallas los planos disponibles- un grupo de árbitros dispuestos a la visualización interactúen con aquel que esté en el campo.

Luego repetirán la experiencia en la B Nacional y con esa práctica pegarán el salto a Primera, con la misma cautela.

La herramienta tendrá un costo que rondará los 400 mil dólares, más el costo operativo, la logística y los recursos humanos dispuestos para tales fines.

Los partidos no se interrumpirán a demanda de los protagonistas. Únicamente habrá diálogo entre el puesto de control y el árbitro y no será compulsivo: un lateral mal dado o una falta leve no advertida quedará afuera de observación.

Seguirán un protocolo para determinadas situaciones que la IFAB (la Internacional Football Asociation Board, encargada de las innovaciones en el fútbol) tiene contempladas y otras con las que se nutrirá de estas experiencias piloto.

La tecnología será determinante en expulsiones, penales y validez de los goles.

El centro tecnológico de operaciones es el VAR -Referí Asistente de Video, según la sigla en inglés- que no es otra cosa que una sala en la que dos árbitros miran las jugadas desde todas las perspectivas que permite la transmisión de TV -incluso podría tener cámaras propias-, con la ayuda de un software que permite determinar con un grado de precisión importante jugadas dudosas: lo que en argentina tenemos incorporado como “telebeam”, por el sistema los televidentes confirmaban 25 años atrás en las repeticiones de los partidos, las polémicas del fin de semana.

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En la etapa experimental serán árbitros de Primera o ex árbitros de la máxima categoría los analistas del VAR, que todavía no tendrá un espacio físico determinado: puede estar in situ dentro de la cancha como en el mundial Sub 20, donde el árbitro puede acercarse y ver la imagen seleccionada para esclarecer una duda; podrá ubicarse en una cabina lejos del campo de juego; o funcionar de manera remota -vía satélite- en el predio de Ezeiza, una oficina en microcentro o el espacio elegido.

Si bien los nuevos dueños de los derechos de televisación no ofrecieron detalles técnicos de cómo será su televisación,esperan que los rumores de que tendrán un mínimo de ocho cámaras se confirme ya que con esa cantidad está garantizado el buen funcionamiento.

Para Elizondo va a cambiar la forma de dirigir

“Yo veo algo más que el uso del sistema: de acá a 10 años va a cambiar el modo de arbitrar, porque si tengo en un puesto de visualización gente que me indica en tiempo real todo aquello que me pueda generar duda ¿para qué van a estar los asistentes? Tal vez el futuro sean dos árbitros en cada campo y la asistencia desde la pantalla”, presagia Elizondo en diálogo con DIARIO POPULAR.

En principio las pruebas serán a consideración de los árbitros, pero con el sistema listo serán los equipos quienes pidan la referencia visual.

“Cuando todo esté bien aceitado, cambiará el método. Los árbitros cobran sin dudas y si las tiene un equipo seguramente su capitán o técnico pedirá la pantalla y, de tener razón, el árbitro cambiará el fallo”, explica el ex árbitro.

No van a pedir por cualquier cosa porque tal vez se queden sin chance cuando verdaderamente lo necesiten. Entonces, seguramente las simulaciones y el pedido desmedido a los árbitros va a disminuir”, presagia Elizondo, quien debió valerse de la astucia en aquella final de Alemania para sacarle la roja a Zidane: simuló una conversación con su asistente porque no podía asumir que el cuarto árbitro, que le había esclarecido lo acontecido, había visto todo en la pantalla, entonces prohibida.

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