Lanús cayó 1 a 0 frente a Gremio, en Porto Alegre, por la ida de la final de la Copa Libertadores, y tiene un buen escenario de cara al desquite, que será dentro siete días en su estadio.
Cícero, con un zurdazo mordido a quemarropa que el arquero Esteban Andrada no llegó a controlar, sentenció el triunfo en favor de los brasileños a los 38 minutos del segundo tiempo.
El partido fue muy caliente y friccionado, con varios encontronazos e interrupciones, típico de la Libertadores y más en estas instancias. Gremio se llevó la victoria porque acertó una de las pocas chances que tuvo.
Lanús se plantó bien en Porto Alegre. Incluso durante algunos pasajes del primer tiempo fue superior y tuvo su ocasión más clara: un cabezazo de Diego Braghieri que provocó una espectacular respuesta de Marcelo Grohe, arquero local y una de las figuras del encuentro.
Gremio fue incrementando su dominio con el correr de los minutos y en el segundo tiempo tuvo varias llegadas, mientras Lanús se fue enamorando del cero. Y de tanto ir, los brasileños encontraron la ventaja a siete minutos del final.
El desenlace fue picante, con varios cruces entre los jugadores y protestas de parte de ambos equipos al árbitro del partido, el chileno Julio Bascuñán.
Si bien perdió, y valiéndose de sus notables reacciones en las series ante San Lorenzo y -especialmente- River, Lanús tiene un buen escenario de cara a la revancha. El miércoles que viene, en su estadio y con su gente, irá en busca del gran sueño.