La Argentina venía del "septiembre negro" con la derrota de la selección nacional, dirigida por Alfio Basile, ante Colombia (0-5) en River, cuando Diego Armando Maradona -presente esa tarde en el Monumental- firmó para Newell's Old Boys.
Hoy se cumplen veinte años de aquella experiencia que llevó al genio de Villa Fiorito, quien había debutado en Argentinos Juniors a los 16 años orientado por Juan Carlos Montes, ex volante de Chacarita Juniors y Newell's, precisamente, a decir: "Tengo corazón leproso y Newell's es el 75% de Rosario", se recuerda.
Walter Cattáneo era el presidente de la entidad rojinegra y lo presentó orgullosamente. Un tiempo antes se había ido Marcelo Bielsa, el popular "Loco" aclamado por la hinchada de la "lepra" tras ganar dos campeonatos, tentado por el club Atlas de México.
Un poco antes había vuelto Jorge Raúl Solari, tras un paso por el Tenerife de España. En el°92, Diego había jugado en Sevilla, España, dirigido por Carlos Bilardo, equipo que terminó sexto y ambos en medio de un enfrentamiento hecho público meses antes del regreso del "10" al fútbol argentino.
Del plantel que formó Marcelo Bielsa en tiempos de ayudante en las inferiores que coordinaba el mítico Jorge Bernardo Griffa, en los años °80, Newell's conservaba a referentes históricos como Gerardo Martino, Juan Manuel Llop, Norberto Scoponi y el goleador paraguayo Alfredo Mendoza.
Todos amigos de Diego en el corto tiempo que estuvo en el Parque Independencia -ahora recordados por Maradona en distintos testimonios- en especial el popular Tata Martino, del que Maradona dice: "Era un técnico dentro de la cancha, te decía todo lo que había que hacer en cada movimiento", evocó hace poco.
Newell's visitó a Independiente en Avellaneda, tiempos de Daniel Garnero, Gustavo López, Sebastián Rambert, Diego Cagna, entre otros buenos exponentes del fútbol ganador del torneo Clausura y la Supercopa con Miguel Brindisi. Ganaron los "rojos" 3-0, con arbitraje de Francisco Lamolina, pero la "estrella" fue Maradona.
Muy delgado, al extremo de no mostrar la fuerza incontenible que lo caracterizaba en los°80, Diego hizo dos o tres jugadas de su sello inmortal: una de ellas casi concluye en gol tras una magistral "rabona" casi sin ángulo, entrando por la derecha y rodeado de rivales.
Enseguida venía una visita de Ñuls a River en el Monumental. Al "millonario" lo dirigía Daniel Passarella -la tarde que ingresó faltando once minutos un ignoto Hernán Crespo, 17 años, goleador de la cuarta división-, pero el genio de Villa Fiorito anunciado en la previa por todos los medios periodísticos, no concurrió a la cita.
Ganó River 4 a 1, con dos goles de Ramón Medina Bello. Se perfilaba para ganar el torneo, en tanto Newell°s había vivido un sueño de primavera. Un amor adolescente. Maradona siempre quiso volver a Ñuls: "En algún momento lo haré como director técnico", afirmó no hace mucho.
Aquella vez, de apuro, bajó diez kilos. Una de las tantas pruebas de "amor propio". Debutó en un amistoso contra Emelec de Ecuador e hizo un golazo, zigzagueando de izquierda a derecha y definiendo mientras caía con un derechazo cruzado a media altura.
El delirio alcanzó a todo Rosario. En El Coloso, como gran recuerdo, quedaron imágenes de las prácticas. A los entrenamientos iban entre 10 y 15 mil hinchas a verlo. La directiva de Newell's organizaba un verdadero show en cada jornada, entre semana, para ver al extraordinario futbolista, elegido el "mejor del mundo" en junio del °86.