El primer clásico oficial de 1961, disputado en el estadio Monumental por la 12° fecha del campeonato, tuvo una característica saliente e insólita: 10 de los 22 futbolistas fueron extranjeros -siete de ellos, brasileños-, detalle increíble, aunque acorde a la búsqueda del pretendido "fútbol espectáculo" que, mediante la contratación de refuerzos de primera línea, perseguían por entonces el presidente de River, Antonio Liberti, y su par de Boca, Alberto J. Armando.
La movida no les dio a los "primos" de nuestro fútbol los resultados esperados. El campeón fue Racing, que se consagró con amplia mayoría de jugadores locales, más dos uruguayos: Juan Carlos Mesías, proveniente de Nacional, y Carlos Borges, quien llegó de Peñarol y sólo fue titular en la primera parte del torneo. River terminó tercero, aunque muy lejos (a nueve puntos) de la Academia, mientras que Boca se ubicó en el quinto lugar, con tres unidades menos que su eterno rival.
Aquel superclásico, que generó una gran expectativa, se jugó el 6 de agosto y finalizó 2 a 2, con goles anotados por los extranjeros: el peruano Víctor Benítez y el brasileño Valentim sacaron ventaja dos veces para Boca, y River empató por intermedio del brasileño Moacir y del español Pepillo.
El dueño de casa formó con Carrizo, Ramos Delgado y Etchegaray; Lombardo, Varacka y Schneider; Domingo Pérez (uruguayo), Moacir (brasileño), Pepillo (español), Delem (brasileño) y Roberto (brasileño). DT: José Ramos.
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