Las internas de las barras se dirimen a tiros, a plena luz del día, en lugares públicos e incluso en las inmediaciones de las canchas. Este año ya tiene dos asesinatos por puja de poder: casi la mitad de los clubes tiene dos hinchadas.
Llenar otra página bajo el título "violencia en el fútbol", sería profundizar el eufemismo bajo el cual sucesos de caracter policial se encasillan en el ámbito de un deporte, el más popular de este país.

La cancha, los colores, los clásicos, los partidos y la pelotita, no tienen ya absolutamente nada que ver con una maquinaria que se alimenta con vidas y que escupe cadáveres que, en la medida que se apilan, le van restando capacidad de asombro a la gente y las noticias.

La estupidez de pelear por un color de camiseta, ya no está ni de moda: ahora la violencia se desarrolla puertas adentro, entre miembros de "hinchas" de un mismo club. Ocho de cada 10 sucesos con muertos o heridos, tiene como responsables a alguna barra brava y hasta parece naif -aunque lamentable- que dos grupitos de simpatizantes se tiren piedras por llevar colores distintos.

La pelota tiene que seguir rodando, no importa cuanta sangre corra. La ONG Salvemos al Fútbol -acaso la única entidad que aborda la problemática con sensatez- da cuenta que las muertes que se cometen en torno al fútbol se acentuaron en los últimos 10 años, lapso en que se produjeron, en la modalidad de asesinato, 66 de las más de 270 que cuenta la estadística.

La primera vida que encabeza la lista necrológica, está fechada en 1922 cuando un menor de edad cayó de una tribuna improvisada en la cancha de Sportivo Barracas y agonizó varios días hasta morir. La última, la del de Gimnasia en La Plata y como en los últimos tiempos no fue accidente, sino el resultado de una interna de la barra brava. Solo el 10 por ciento de los casos -apunta la ONG-, tuvieron condena judicial, el resto está impune.

El entramado de una barra brava, que casi ningún dirigente dice conocer en su club, es tan complejo que en muchos clubes existe más de una. Está la "oficial" -la pregunta es quien o como se legitima- y otra que pugna por el poder. Llevan todos los mismos colores y pasan cosas que escapan al imaginario de la lógica: cuando el líder de la de Boca Mauro Martín fue emboscado y herido de bala por otra facción en la autopista a Santa Fe, el barrabrava pidió ayuda... al líder de la de Newell's.

Entre los 40 clubes que juegan entre Primera y B Nacional, 17 tienen una marcada y comprobada presencia de dos grupos violentos en pugna por el control de entradas, estacionamientos y todo lo que se desprenda de manera marginal del negocio que representa el fútbol. Los casos más emblemáticos, con muertos tiros y heridos, son en Primera Boca, River, Tigre y Lanús. En la segunda división, Almirante Brown, Deportivo Merlo, Chicago y Gimnasia.

Dos meses tiene completos 2013 y ya tiene dos asesinatos por internas de barras. Medidas para paliar la violencia como retener al público local, llevan más de una década.

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