General
La Guerra que marcó a toda una generación de argentinos, al igual que los dos atentados que aún no fueron esclarecidos. Y Cromañón, una tragedia que todavía duele.
Momentos duros, de esos que no cicatrizan nunca, nos tocó reflejar en estos cuarenta y un años. Empezando (cronológicamente) por la Guerra de Malvinas, esa herida absurda, pero a la vez esa aspiración inclaudicable por recuperar nuestra soberanía sobre las mismas, por las que vienen luchando los gobiernos de la "era K".
Ni el momento ni la circunstancia indicada la que llevó al general Galtieri, "de golpe y porrazo" a decidir la invasión el 2 de abril de 1982. Durante 74 días, los argentinos nos encontramos a un escenario bélico, en el cual, sin la infraestructura necesaria ni el apoyo internacional ante la intransigencia de Gran Bretaña, el final fue la rendición. Quedan aquellos soldados que son héroes y que ofrendaron sus vidas por la Patria, algo que jamás será ni debe ser olvidado.
Luego vino el tiempo de dos zarpazos arteros asestados por el terrorismo internacional dejaron un legado de muerte, sangre y destrucción, entre otras heridas aún abiertas y que reclaman justicia. Con tan solo 28 meses de diferencia entre uno y otro, la Embajada de Israel en la República Argentina y sede la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) fueron blanco de dos bestiales ataques por los cuales los familiares de las víctimas siguen clamando justicia.
Los dos embates terroristas tuvieron lugar durante la gestión presidencial de Carlos Saúl Menem.
El primero, perpetrado contra la delegación diplomática del estado de Israel, tuvo lugar el 17 de marzo de 1992 y dejó un saldo de 22 muertos y más de 350 heridos.
El 18 de julio de 1994 fue el turno de la AMIA cuando otro coche bomba explotó en la puerta de la mutual, sobre la calle Pasteur al 600, en el barrio de Once. La explosión que literalmente demolió el edificio, mató a 85 personas y dejó centenares de heridos que no solo se encontraban en el edificio siniestrado sino en los inmuebles situados enfrente de la mutual.
Diez años después (la noche de 30 de diciembre de 2004), otro golpe al corazón: el incendio del boliche República Cromañón se cobró 194 vidas, dejó casi mil quinientos heridos y sus consecuencias se perpetuaron en el tiempo, con sobrevivientes que no soportaron el dolor y decidieron suicidarse, situación de la que no hay cifras exactas pero se sabe que el número es muy considerable.
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