En diálogo con DIARIO POPULAR, el héroe del verano marplatense dio los detalles de un día que no va olvidar, en especial, el de los aplausos cargados de emoción de un centenar de turistas que estallaron en llanto cuando Benjamín tosió y su corazón volvió a latir al costado de la pileta.
"Yo lo saqué muerto -cuenta Facundo aún emocionado-, no respiraba ni le latía el corazón. Además le salía espuma por la boca, lo que es un indicador de la asfixia. No dejé que nadie me interrumpiera e inicié las maniobras de resurrección siguiendo todas la indicaciones que recibimos en el curso que tomamos. Primero vomitó, porque recién había merendado, y diez minutos después de hacerle masajes, reaccionó".
Los masajes se prolongaron por tanto tiempo que algunas voces, en el momento, le aconsejaban a Facundo cesar en su intento, que no había nada que hacer. "No recuerdo qué me decían, pero yo seguí con los masajes hasta que el nene dio una bocanada grande de aire y empezó a respirar de nuevo", contó el guardavidas quien recuerda que "justo en ese momento le dejé mi lugar a los médicos de emergencia que ya estaban en el lugar; lo entubaron para conectarlo a un respirador, le suministraron los primeros auxilios primordiales y lo trasladaron inmediatamente al Hospital Materno Infantil".
Más allá de la destreza y determinación que mostró el guardavidas en su accionar, alrededor del hecho se dieron otras circunstancias que favorecieron a evitar la desgracia, como la existencia de la Unidad de Primeros Auxilios (UPA), un mini-hospital equipado con moderna tecnología y personal capacitado que funciona en la puerta del B-12: "Es una obra que construimos entre todos los concesionarios de Punta Mogotes", contó uno de los responsables del complejo destacando la iniciativa de los propietarios.
"El miércoles, cuando me enteré que Benjamín había sido dado de alta y que estaba en perfecto estado de salud -nos contó Facundo- sentí una felicidad enorme. Yo me sentía un poco responsable por no haberlo visto cuando se cayó en la pileta, era un día muy especial, esa noche me quedé en el hospital, esperando noticias. Al día siguiente no pude dormir, se me repetían las imágenes una y otra vez. Cuando el director del hospital me dijo que le daban el alta, me puse a llorar como un niño".
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Facundo es oriundo de Mar del Plata y hace tres años que cumple servicios en el B-12. "Nunca me había tocado vivir un episodio así, es más, muchos de los guardavidas de Punta Mogotes que conozco, tampoco tuvieron la necesidad de recurrir al RCP. Son muchas las sensaciones que te cruzan el cuerpo", contó. "Mi papá fue militar -agregó- y entiende muy bien todo lo que siento".