El chamamé, una de las músicas y danzas folclóricas más tradicionales y populares de la Argentina, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, tras una votación realizada en París que desató festejos en la provincia de Corrientes.
El chamamé se convirtió de este modo en el tercer bien cultural argentino declarado patrimonio de la humanidad, luego del tango y el fileteado porteño.
La propuesta aprobada esta mañana en el órgano cultural de la Organización de las Naciones Unidas surgió desde el Estado argentino a través de un planteo del Gobierno de Corrientes.
“El patrimonio inmaterial proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad: favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social y genera ingresos económicos", destacó la UNESCO, que entre sus considerando remarcó que el chamamé "pone en relieve la flora, la fauna y el amor a la tierra".
Los orígenes del chamamé se remontan an siglo XVI, aunque aún existen controversias entre los investigadores. Si bien el epicentro chamamecero es la provincia de Corrientes, su zona de influencia se extiende a todo el Litoral argentino, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil.
Entre los principales exponentes históricos del chamamé sobresale Tránsito Cocomarola y su inolvidable Kilómetro 11, además de Ramón Ayala, Ramona Galarza, Antonio Tarragó Ros (padre e hijo), Teresa Parodi, Raúl Barboza y, en el siglo XXI, el Chango Spasiuk, quien además de su rol de compositor e intérprete tiene un reconocido trabajo de investigación y divulgación del género.
“Para todos los que amamos el chamamé, hoy es un día de celebración, un día de júbilo. Nuestras felicitaciones a la Provincia de Corrientes, a todo el litoral... en realidad, a todo el país porque esa música le pertenece a todo el país, de norte a sur y de este a oeste”, expresó el ministro de Cultura, Tristán Bauer.
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