Juega de wing derecho. Sabe que no va a llegar a la Selección Nacional y que no va a ser parte de un Juego Olímpico, pero no le importa. Ella se mete en una cancha de hockey para divertirse, para hacer un deporte y porque le gusta. Jessica Millaman es una chica trans. Se fue de su casa a los 15 porque tomó la decisión de aceptar sus sentimientos y "nunca más volvió para atrás". Luego de una ardua pelea logró que la Confederación Argentina de Hockey levante la prohibición que no la dejaba jugar en Germinal de Chubut, su club.
Jessica dejó de jugar a los 11 años. Le gustaba, pero no sentía cómoda con los nenes y estaba perdida. Pero mantuvo siempre las ganas de hacer deporte. No lo sabía en ese entonces, pero la incomodidad era por sus sentimientos, por sentir que algo le pasaba. Hasta que los 15 años se aceptó. “Me di cuenta lo que sentía y automáticamente me fui de mi casa a esa edad. Nadie me iba a dar laburo y salí sola”, cuenta a DIARIO POPULAR. Con incertidumbre sobre su futuro, con tristeza por las dificultades que encontró en su círculo cercano, ella salió adelante con una sola certeza: sabía lo que sentía.
Se acordó que había conocido en la calle a otra chica trans y la ubicó, fue a hablar y a pedirle consejos. Fue a pedir alguien que la acompañe. “Terminé trabajando en un lugar que yo no quería. Desde los 15 a los 20 yo no tengo recuerdos de nada. Porque los anulé. Fueron días feos, pero después conseguí una profesión. Soy peluquera”.
Se reintegró al Hockey en 2012. Volvió a las canchas después de más de 10 años alejada del deporte y solo por el hecho de hacer una actividad. En el medio, se cruzó con un ambiente que se dividió en dos. Dirigentes reacios a la comprensión y jugadoras, en el llano, que no tenían problemas y que siempre la vieron como una más. “Me crucé con pocas chicas cortas de cabeza. Cuando lancé el video para contar la lucha, el video se viralizó muy rápido y #TodosSomosJessica tuvo muchas visualizaciones”.
-¿Cómo jugás?
-Yo juego bien me defiendo, soy wing derecho. Entreno, pero veo otra jugadoras y son mejores que yo, me gustaría jugar como ellas. Tienen más fuerza, más precisión y yo no la tengo. Y eso que entreno.
En el medio de su lucha, Millaman se encontró con insultos y con obstáculos. En diferentes entrevistas, los dirigentes de la federación local la trataban con el género que ella eligió dejar atrás. Desplantes, enojos y frenos. Incluso, Sandra Isola, la expresidenta de la Confederación Argentina de Hockey y actual presidenta de la Asociación Salteña de hockey, dijo en una entrevista a FM Capital: “El que nació hombre por más que ahora sea una mujer, no deja de tener características de un hombre”.
La negativa de la identidad fue porque, según argumentos de las Federaciones provinciales, están reguladas bajo los estándares del Comité Olímpico Internacional. El COI determina el género según los niveles de testosterona. Estos estándares están muy lejos de la legislación argentina al respecto de la identidad de género (Ley 26.743).
Por eso, Millaman sostiene: “Nuestra Ley tiene que estar por encima del COI, es entendible en países donde no está legislado, pero acá hay un pauta que está por encima de la federación. Es la Ley”. Y la Ley la amparó hasta el punto que un juez falló a favor para vetar esa prohibición que regía.
-¿Te parece que hay una hipocresia con este tema?
- Me parece que hay una ley de identidad de género que está. Pero no se respeta. Nos están pidiendo cosas para poder jugar, nos piden cuatro años de tener el documento. Yo me hormono porque es una decisión personal, lo hice desde chica. Pero hay otras que creen que violentan su cuerpo obligándolas a tomar hormonas, pero a partir de la modificación del COI es un cambio, pero aún así la legislación debe estar por encima. Porque es una ley.
Más allá de la esta situación, la resolución del COI está principalmente basada en deportistas de alto rendimiento. No en jugadoras que quieran participar en asociaciones provinciales, tal es caso de Millaman. De hecho, la chubutense no es la única que está embarcada en la lucha por la identidad de género en el hockey. Hay varias en diferentes puntos del país, como Victoria Liendro, en Salta. A diferencia de Jessica, Liendro no optó por la vía judicial: “Todas son validas, yo decidí ir por otro lado porque confío en los gestos. Creo en la docencia y promuevo el diálogo. Obviamente que hay momentos donde tiene un límite”.
-¿Cómo surgió el equipo, Jessica?
-El equipo se armó después de la pelea que arrancamos. Y nos invitaron desde los World OutGames y a los chicos del LGBT se les ocurrió armar un equipo con todas las chicas que estamos peleando por ser aceptadas. Hay chicas trans, lesbianas y heterosexuales. En principio no estaba de acuerdo, porque si buscamos aceptación no tenemos porqué apartarnos, pero después vi que es un impulso para que después cualquier chico o chica trans vuelva a donde está y siga con ganas de hacer deporte. Está bueno.
La búsqueda de abrir puertas no pasa por un sueño olímpico. Es mucho más sencillo, la iniciativa de avanzar en derechos y oportunidades. Simplemente hacer deportes.
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