Al concluir el último acorde de la obra de Astor Piazzolla, un cerrado aplauso del público coronó la actuación de la Orquesta Ars Buenos Aires, que en la sala Picasso del Paseo La Plaza había brindado un concierto a beneficio del Instituto Roffo, especializado en la lucha contra el cáncer.
El director de la orquesta, como es habitual, se dio vuelta y saludó a la gente agradeciendo el reconocimiento al arte que habían brindado. Lo que seguramente pocos imaginaron es que ese mismo director, desbordado por la emoción, es uno de los más importantes profesionales médicos en la lucha contra el Mal de Chagas en el país, y fue responsable durante algunos años del Programa Nacional de lucha contra esa grave enfermedad.
Médico pediatra, infectólogo y titular de esas áreas durante muchos años en el Hospital de Niños Ricardo Gutierrez, Héctor Freilij, porteño, con 76 años engañosos que su vitalidad y sus ganas desmienten, se declara un apasionado hincha de River tanto como de su profesión de médico, y de su amor por la música.
Casado con una artista plástica, Annabella Platarotti, y padre de dos hijos, Héctor Freilij cuenta, en un calido ambiente de su casa en Almagro, que “cuando egresé como secundario debo confesar que no sabía a qué dedicar mi vida. Pero un día me desperté y me dije: quiero ser médico. Mi único vínculo familiar con esto era mi padre, que trabajaba como farmacéutico. El caso es que hice el curso de ingreso libre y lo aprobé”.
Cuando tenía 16 años, Héctor se ganaba la vida en un taller metalúrgico, y remarca que “era muy aventurero, me iba de mochilero al Norte del país, ahí descubrí la verdadera pobreza, y siempre sentí que quería ayudar a la gente, quizás ese fue mi mayor incentivo”.
Al tiempo de entrar a la facultad, a Héctor le tocó hacer la colimba. Un tiempo después, luego de rendir con éxito por segunda vez microbiología (“la única materia que dí mal en mis estudios”), el titular me ofreció ser su ayudante en su cátedra, le dije que sí, pero además empecé a trabajar en el Clínicas a la mañana, asi que me dediqué a full a la medicina”.
Mientras hacía su residencia en el Gutierez, Freilij eligió dedicarse a la pediatría, guiado por un “procer” de esa especialidad, el doctor Gianantonio, según lo definió. Poco después, al acceder a una beca de investigación en Inmunología, Frelij se interiorizó sobre el Chagas, y abrió una puerta que no cerró más.
“Señala que “de a poco conocí lo que era la enfermedad, que fue descubierta en sus viajes al Amazonas por el doctor Chagas, en 1909 y que en Argentina aún no se trataba, y que cuyos estudios profundizó Salvador Mazza hacia 1930, en el norte del país”.
Freilij comenzó a hacer trabajo de laboratorio en un pequeño lugar que le dieron en el Gutierrez y relata que “venían muchos pacientes del interior sobre todo, y se trataba a los más agudos, por suerte me proveyeron de reactivos y de a poco fuimos revirtiendo la situación de muchos enfermos, y desarrollamos un diagnóstico que hoy se utiliza en la Organizaci‘no Mundial de la Salud”.
Hasta que se le abrió la ventana a la música. “Como pediatra hice neonatología y pediatria asistencial, y como algunos pacientes me querían ayduar de algún modo, les dije que organizaran un concierto y lo haciamos a beneficio del área, esto fue hace unos 30 años”.
Una vez tocamos en un museo, y con lo recaudado armé la estructura del laboratorio de parasitología y Chagas, un servicio que creció mucho y hoy es un centro de referencia a nivel mundial”
El doctor Freilij sigue en actividad a través de su consultorio como pediatra, y como infectólogo infantil, y conduce la revista del Hospital de Niños, además de participar en proyectos de investigación del Conicet. Pero asegura, nunca dejará de tener un momento para la música.
En 2008, el doctor Héctor Freilij fue nombrado como titular del Programa Nacional de Chagas, y se mantuvo durante tres años en el cargo. Dice que “viajé por muchos países de Centroamérica, por Bolivia, Paraguay y Chile” y señala que “en Argentina actualmente mueren 10 personas por semana por este mal, y para la OMS es una enfermedad olvidada”.
En este sentido, Frelij explica que “no hay mucho interés político, y tampoco a la industria farmacéutica le interesa producir medicamentos. Por suerte a nivel nacional el Programa que hicimos aportó a que la situación de tratamiento y menor mortalidad haya mejorado”.
Freilij destaca que “el Chagas se transmite por 4 vías: picadura y eyección del vector, de la madre al hijo, por transfusiones, y por vía oral, sobre todo en el Amazonas, pero ahora la transfusión está muy controlada, gracias al esfuerzo de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud”.
Según el doctor Freilij, en la Argentina “en zonas rurales se interrumpío la transmisión. Hay 19 provincias donde esta inserto el vector, y de ellas hay 10 que cortaron la transmisión vectorial, mientras las más complicadas aún son Formosa, Chaco y Santiago del Estero.
Héctor asegura que “no ocuparse de Chagas es homicidio por omisión” y no deja de bajar el mensaje de que “el Chagas tiene tratamiento, y hay posibilidades de curarse cuanto mas precoz es el diagnóstico, la madre que tiene Chagas puede transmitir la infección, pero se trata en todos los hospitales y hay muchos centros de referencia”.
Desde siempre, Héctor Freilij tuvo una sensibilidad especial por lo musical. Según dice, “me gustan casi todos los géneros, pero sobre todo el jazz, el folklore, el tango y lo clásico” y realizó estudios de armonía, contrapunto, piano y violín con figuras como Antonio Russo, Pedro Calderón y Mario Benzecry.
Además de integrar y luego ser subdirector del coro Lagun Onak, Héctor señala que “hicimos algunas jornadas en el Hospital de Niños, y conciertos para el PAMI. Hace unos años integré la Orquesta Ars Buenos Aires, formada con músicos en su mayoría jóvenes de la Sinfónica, la Filarmónica, y otras orquestas, con ellos hacemos unos 7 u 8 conciertos al año, habitualmente con fines benéficos”.
Freilij creó y dirigió el conjunto de música renacentista Cantabile, y desde hace tres años conduce la orquesta infantil Papa Francisco, que integran más de 40 chicos, muchos de ellos de origen muy humilde.
Para Freilij, “es una propuesta muy enriquecedora, ya que muchos niños vienen con historias complicadas y se asoman a algo nuevo” y agrega que “tuve el gusto de colaborar además con la Orquesta de Retiro de la Villa 31, y cuando puedo me voy a dirigir a distintas provincias, o a paìses hermanos, donde además doy charlas médicas, o sea que unificó mis dos amores”.