Ocurrió en Palermo. El niño de 5 años continúa internado en el Sanatorio Güemes, mientras que sus progenitores habían sido picados hace un par de años.
El papá de Tobías, el niño de 5 años picado por un alacrán cuando dormía en su casa en el barrio porteño de Palermo, dijo que "aunque le siguen administrando drogas", su hijo "está mucho mejor" y su evolución "es un milagro", y este martes podría tener el alta médica, tras haber pasado seis días internado en terapia intensiva en el Sanatorio Güemes.
El último parte médico señala que Tobías está "lúcido" y mantiene una "lenta evolución clínica", por lo cual se programó "el alta sanatorial para mañana con seguimiento ambulatorio por el servicio de cardiología infantil".
Tras la picadura, el pasado sábado 7, Tobías sufrió cuatro paros cardiorrespiratorios en el sanatorio por el veneno del arácnido, lo que obligó a los profesionales a realizarle una resucitación cardiopulmonar.
"Mi hijo empezó a sentir que algo le picaba y vomitó. Lo llevamos de inmediato a la guardia del sanatorio y confirmaron la presencia del veneno de un alacrán", relató Gastón, padre del pequeño, en declaraciones televisivas. LEA MÁS:
Las autoridades sostuvieron que “no se trata de un brote”, aunque prometieron intensificar las fumigaciones y medidas de prevención para eliminar al mosquito aedes aegypti, transmisor de esa enfermedad.
El hombre indicó que no es la primera vez que vio alacranes en su casa, en la que también vive su sobrino de 11 años. "Ya fuimos picados mi mujer y yo. Estamos esperando que vengan a fumigar", concluyó.
El Tityus trivittatus, que habita en regiones subtropicales y templadas de América del Sur y llegó a las grandes ciudades accidentalmente por medio de transportes de madera, conquistó el Uruguay y todo el noroeste y centro argentino, llegando por el sur hasta Mendoza, la ciudad de Buenos Aires y La Plata.
Posee un potente veneno neurotóxico con mezcla proteica que resulta peligroso para los humanos, en especial para niños menores de 10 años o ancianos. Según expertos, es entre 10 y 100 veces más potente que el veneno de una serpiente de cascabel.
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