La fuerza de voluntad parece ser el principal aliado de un hombre en pareja para evitar mirar hacia otro lado cada vez que pasa por su lado una fémina. Sin embargo, un estudio científico libraría de culpa y cargo a todo aquel "ojito alegre" que opte por ceder ante la tentación.
Un estudio publicado por el Daily Mail sobre los principales problemas de las mujeres enfrentan con sus parejas cuando se van de vacaciones dieron como resultado el hecho de que muchas de estas discusiones se dan cuando el hombre mira hacia otro lado en la playa.
Ante este impulso actitud, las mujeres deben tener en cuenta que ni el hombre más fiel y cariñoso está en completo control de sus emociones e instintos las 24 horas del día e inclusive, y que no puede evitar sentirse atraídos por las curvas de ellas.
Según el estudio, ante una situación así, las mujeres se sienten "amenazadas" por tres factores:
A pesar de lo atractiva que pueda ser, ella siempre pensará que la otra lo es mucho más que ella.
Las mujeres consideran que mirar a otra aumenta el deseo sexual de su pareja, y eso las lleva a concluir que existe una insatisfacción sexual que puede desembocar en una futura infidelidad.
A pesar de que el encontronazo visual se haya producido por segundos, ellas consideran que su pareja seguirá pensando en esa mujer horas, días e incluso años más tarde después de haberla visto en bikini.
Si bien los hombres miran a otras mujeres, ellas no están exentas de caer en la misma situación debido a un factor fundamental: no existe la pareja perfecta.
En estos casos, la inseguridad sólo destruye la confianza que han construido el amor y la pasión y genera celos injustificados.
Por su parte, está comprobado que los hombres olvidan rápidamente a las mujeres en las que se han fijado. Las imágenes sólo duran unos segundos en sus mentes, aunque no así en las de ellas, donde pueden vivir una eterna comparación con sus "competidoras".