Los gays y lesbianas argentinos han apelado al Gobierno Nacional a garantizar la celebración de bodas homosexuales entre extranjeros, limitadas hasta ahora por las “trabas burocráticas”, pese a que la unión matrimonial se ha legalizado.
El “boom” de visitantes del exterior que aguardaban hoteleros y comerciantes tras la aprobación de la ley de matrimonio homosexual se ha hecho esperar hasta ahora a raíz de problemas de “interpretación” de la norma, explicó Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT).
Solo una treintena de parejas homosexuales procedentes de otros países han concretado el sueño de casarse, según cálculos de miembros de la organización, que junto a otras miles de personas participaron este fin de semana en la tradicional marcha del “orgullo gay”. La Constitución y el Código Civil argentino “garantizan” -los únicos junto a Canadá- el derecho al matrimonio entre personas extranjeras que dispongan de una “residencia transitoria” en el país (un mínimo de 90 días), pero esta interpretación depende de los registros civiles provinciales, precisó Paulón.
De hecho, ninguna de las treinta parejas homosexuales extranjeras que se casó lo hizo en Buenos Aires, por tener un registro “más estricto”. Estos enlaces se concretaron únicamente en las ciudades de Mendoza, donde se celebraron veinte bodas, y en Córdoba, donde hubo otras diez. Frente a este escenario, la FALGBT solicitó la mediación del Ministerio del Interior para que unifique los criterios de interpretación en los registros civiles de las 24 provincias argentinas.
La organización recibió desde julio pasado, cuando el Senado argentino sancionó la ley del matrimonio igualitario, un “centenar” de consultas de parejas extranjeras interesadas en viajar a Argentina para casarse, donde ya se han celebrado en total 500 enlaces.
Paulón admitió que el “entusiasmo” de las parejas -en su mayoría bolivianas, brasileñas, chilenas, colombianas y peruanas- se enfría cuando no se les puede garantizar la celebración de la boda. Las adversidades no impidieron, sin embargo, que una veintena de parejas chilenas se casaran en Mendoza, lindante con el país vecino.
De hecho, los chilenos Giorgio Nocentino, diseñador de moda de 44 años, y Jaime Zapata, comerciante de 52, fueron los primeros extranjeros en casarse en Argentina. Nocentino, que vive hace 15 años en Argentina, consideró que la ley de matrimonio igualitario representa una “esperanza” para todos los países vecinos y un “camino irreversible a seguir”.