Cinco personas murieron y otras cuatro sufrieron heridas de distinta consideración al caer al Río de la Plata una avioneta que había despegado del aeropuerto de San Fernando con destino a la ciudad uruguaya de Carmelo.
La avioneta se precipitó al agua poco después del mediodía unos 10 kilómetros al sudoeste de Carmelo, en una zona de escasa profundidad y difícil acceso conocida como "Los bajos".
Tres de las víctimas fatales quedaron atrapadas dentro del fuselaje del avión, mientras que los cuerpos de los dos restantes pudieron ser sacados por los primeros rescatistas de la Armada uruguaya que arribaron en un helicóptero. No obstante, los cinco cadáveres debieron permanecer en el lugar hasta tanto la Justicia autorizó a retirarlos, ya entrada la noche.
Los rescatistas trasladaron a dos de los heridos, identificados como Sebastián Vivona y Gisela Buery, a hospitales de la ciudad de Colonia, ambos en estado delicado.
Vivona permanecía internado en el Hospital Orameco y Buery lo hacía en Hospital Evangélico.
Un helicóptero argentino trasladó al aeropuerto de San Fernando a otros dos heridos, Santiago Villamil e Ignacio Llosa, con fracturas y heridas de menor consideración. En la nave viajaban nueve personas: ocho pasajeros y el piloto, Leandro Larriera.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, se trasladó al lugar del accidente y confirmó las identidades de los fallecidos Leandro Larriera, y los pasajeros Fernando Sánchez (primero se lo había confundido con Vivona), Gustavo Fosco, Facundo Alecha y Fernando Lonigro, todos de nacionalidad argentina.
Además, el funcionario informó que al haber caído la nave en jurisdicción uruguaya, se tiene que "esperar la decisión de la jueza de Uruguay para el traslado de los cuerpos" y su posterior repatriación.
Con respecto a los dos heridos que tras el accidente fueron trasladados al hospital Petrona V. de Cordero de San Fernando, la dirección de Emergencias Sanitarias del ministerio de Salud de la Provincia informó que ambos se "encuentran fuera de peligro".
En el caso de Ignacio Llosa, de 41 años, sufrió cortes y lesiones en el cuero cabelludo y fue derivado a la clínica privada del Jockey Club por su obra social, donde continuará en observación.
En tanto, Santiago Villamil, de 37 años, fue asistido por el personal del hospital por fracturas tanto en el antebrazo izquierdo como derecho y ya fue derivado a la clínica Olivos, a través de su prepaga.
La avioneta, una Bravo Eco 20 Beechcraft, matrícula LV CNT, pertenecía al empresario Federico Bonomi, dueño de la marca de ropa Koziuko, quien se encontraba en el exterior al momento del siniestro.
Sin embargo, el impacto contra el agua fue muy fuerte, al punto que la cola de la nave quedó prácticamente destruida, como así también buena parte de las alas.
De acuerdo con el relato coincidente de los sobrevivientes, poco antes de la caída se escuchó un fuerte estallido, de acuerdo con lo revelado por los médicos que los atendieron.
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