El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fue condenado este miércoles a casi un año de cárcel por violar la libertad condicional cuando pidió asilo político en la embajada de Ecuador en Londres, el 19 de julio de 2012, para evitar un posible pedido de extradición a Suecia.
Assange, de 47 años, compareció ante la corte del distrito de Southwark, después de que otro tribunal británico lo declarara culpable de ese cargo el pasado 11 de abril, tras haber sido detenido en dicha sede diplomática donde residió como refugiado durante casi siete años.
El periodista fue condenado a 50 semanas de cárcel por haber violado los términos de una fianza concedida en 2010 por la justicia británica, informó la cadena de noticias BBC.
Assange se refugió en la embajada de Ecuador para evitar una posible extradición a Suecia, donde se lo acusaba de violación y abuso sexual, cargos que el experto en informática negó siempre categóricamente.
“Es difícil imaginar un ejemplo más grave de este delito”, afirmó durante la audiencia la jueza Deborah Taylor, dirigiéndose a Assange.
La magistrada dijo que “al esconderse en la embajada” ecuatoriana, Assange se había “quitado del alcance de la justicia, de manera deliberada, al tiempo que permanecía en el Reino Unido”.
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Por ese motivo, la jueza consideró que Assange había “explotado su posición privilegiada para incumplir la ley”, informó la agencia de noticias EFE.
En el transcurso de la audiencia judicial, se leyó una carta escrita por Assange en la que pidió “disculpas sin reservas” a aquellas personas que consideren que les ha “faltado al respeto” por la manera en la que ha conducido su caso.
“Me encontré en apuros con circunstancias difíciles. Hice lo que en aquel momento me pareció que era lo mejor o quizás lo único que podría haber hecho”, explicó Assange en la misiva, en la que también reconoció que “lamenta el curso que ha tomado” la situación. Esas dificultades -continúa la carta- “tuvieron un impacto en muchas otras personas”.
Por su parte, el abogado defensor, Mark Summers, resaltó que durante los últimos años su cliente había sido “controlado” por el “temor” a ser entregado a Estados Unidos, donde se lo quiere juzgar por los miles de cables difundidos por su portal, lo que supone la posibilidad de cargos de espionaje.
El pasado 11 de abril, un juez británico declaró culpable a Assange por no haberse presentado ante la justicia hace siete años, cuando debía responder por unos delitos sexuales supuestamente cometidos en Estocolmo.