El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, exigió que el Congreso apruebe reformas de las prácticas policiales en el país para estar "a la altura del legado" del afroamericano George Floyd, después de que el expolicía Derek Chauvin fuera declarado este martes culpable de su muerte.
Biden describió el veredicto como "un paso gigante en la marcha hacia la justicia", pero dijo que "no es suficiente" para combatir el "racismo sistémico" en Estados Unidos.
Pero aclaró que se sintió alentado por el veredicto del jurado, el testimonio de otros agentes de policía contra Chauvin durante el juicio y la comprensión colectiva sobre la realidad del racismo sistémico en todo el mundo desde la muerte de Floyd.
Sin embargo, reconoció que nada le devolvería la vida a George Floyd: "Nada puede traer de vuelta a su hermano, a su padre. Pero, esto puede ser un gran paso hacia la justicia en Estados Unidos".
El presidente resaltó que el veredicto en este caso es "demasiado inusual" y al mismo tiempo "insuficiente". Enfatizó: "Los hombres negros, en especial, han sido tratados a lo largo de nuestra historia como menos que humanos. Sus vidas deben ser valoradas en nuestra nación. Punto final”.
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, habló antes de Biden y anunció presentó la propuesta de Ley George Floyd a la Justicia. Esto reformará las fuerzas de seguridad en Estados Unidos dándoles una mayor responsabilidad frente a sus acciones y logrando que los ciudadanos confíen en ellos.
Lo que calificó como parte del legado de Floyd. Harris expresó: "Hoy podemos soltar un suspiro de alivio. Aún así, no se puede eliminar el dolor. Una medida de justicia no es lo mismo que igualdad en justicia".
Los miembros del jurado en el caso de Floyd decidieron este martes de forma unánime que Chauvin es culpable de asesinato involuntario en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
Entre los tres cargos suman una posible pena máxima de cárcel de 70 años. La sentencia que deberá cumplir el exagente de polícia se conocerá en unas semanas, entre seis y ocho, según ha apuntado el juez.
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