Raúl Castro manifestó: "Se avanzó en solucionar algunos temas de interés para ambas naciones. Esto no quiere decir que lo principal —el bloqueo económico— se haya resuelto. Eso debe cesar. Allí el bloqueo es ley, pero el presidente de los EEUU puede modificar su aplicación".
También confirmó la deportación del norteamericano Alan Gross, un profesional en desarrollo de la comunicación que se encontraba preso en la Isla. Y, a cambio, Estados Unidos liberó a los tres presos políticos restantes que habían sido sentenciados en Norteamérica por supuesto espionaje.
"Reconocemos que tenemos profundas diferencias. Pero reiteramos nuestra disposición a colaborar en los organismos multilaterales, como la ONU", concluyó.
En Washington, Obama apareció en cámara instantes después que su par cubano: "Queremos que Cuba forme parte de los organismos estatales, como la Cruz Roja".
El mandatario fue autocrítico respecto a la postura que llevó su país en los últimos años en esta relación: "No podemos seguir haciendo lo mismo por más de cinco décadas y esperar un resultado diferente. Eso no le sirve a los intereses de nuestro país, ni al pueblo de Cuba. Vamos a seguir apoyando a la sociedad civil en Cuba. Es un acercamiento que nos servirá para ayudarlos más a ellos. El pueblo estadounidense le da la mano al pueblo cubano", concluyó.
Por último, ambos Estados confirmaron que reabrirán sus embajadas: Estados Unidos en La Habana, y Cuba en Washington.
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