Este viernes, el Parlamento europeo aprobó una nueva política agrícola más "verde" para la Unión Europea, que ahora se tendrá que negociar con los diferentes Estados. Sin embargo, muchas ONG y eurodiputados la criticaron con vehemencia ya que consideran que no se está considerando el cuidado del medioambiente y la defensa de medidas que eviten daños climáticos.
Por su parte, la militante ecologista Greta Thunberg considera que la medida "alimenta la destrucción ecológica", ya que propone una agricultura intensiva, dejando de lado otros modelos de producción que respetan al medioambiente.
La joven ecologista sostuvo que "once meses después de que el Parlamento europeo declarara la emergencia climática, este mismo parlamento votó a favor de continuar con una política agrícola que, en resumen, alimenta la destrucción ecológica con cerca de 400.000 millones de euros" (unos 475.000 millones de dólares)", explicó.
El mensaje fue dado a conocer por Thunberg y otras cuatro militantes ecologistas a través de su cuenta de Facebook, que escribieron: "¿Estamos decepcionadas? No. Porque esto significaría que esperábamos un milagro. Sin embargo, este día demostró una vez más el tamaño de la brecha que existe entre las políticas actuales y lo que habría que hacer para estar en línea con el acuerdo de París (sobre el clima)" terminó la joven.
La política agrícola
La Unión Europea acordó una reforma de su Política Agrícola Común (PAC), la principal partida de su presupuesto, con 387 mil millones de euros en los próximos siete años, que prevé que sus productores deberán aplicar controles más rígidos del impacto ambiental para poder acceder a los subsidios comunitarios, pero de todas maneras estas medidas parecen no ser suficientes para los grupos ecológicos.
Entre los principales puntos de la reforma, está establecido que cada Estado tendrá que consagrar al menos 20% de las ayudas directas de la UE a explotaciones que participan en los llamados “eco-regímenes”, programas más exigentes en materia de medio ambiente. Precisamente los “eco-regímenes” fueron uno de los temas más resistidos por varios países, que temen perder recursos comunitarios si sus productores no logran alcanzar las metas.
Entre otros elementos, para poder acceder a los subsidios, los productores deberán aplicar prácticas como agricultura de precisión, la agrosilvicultura, o la agricultura orgánica. La reforma también incluye una lista de condiciones que los agricultores y ganaderos estarán obligados a cumplir para poder recibir las ayudas directas europeas, compuesta por diez criterios agrupados en tres grandes temas: Clima y Medio Ambiente, Salud Pública, Sanidad Animal y Fitosanidad y, por último, Bienestar animal.
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