Decenas de miles de chilenos salieron a las calles para realizar un “súper lunes” de protestas en busca de exigir cambios económicos e institucionales y justicia, tras las olas de protestas que ya dejó 23 muertos, miles de detenidos y heridos
Con barricadas en varios barrios de Santiago de Chile y concentraciones callejeras en todo el país, los manifestantes chilenos se sumaron a una caravana de taxistas que desde tres puntos de encuentro en Santiago se desplazaron hacia el centro para exigir la renuncia de la ministra de Transportes, Gloria Hutt.
La presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, aseguró el domingo que los afiliados a ese sindicato tienen claro que “en la medida en que no haya presión, hay una agenda del Gobierno que va a seguir avanzando” y está “en las antípodas de las demandas que el pueblo chileno está exigiendo en las calles”.
Mientras crece la demanda por una nueva Constitución que reemplaza la instaurada en 1980 por la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), en el oficialismo hay voces que rechazan la necesidad de reformarla.
Pero otros, como el diputado de la oficialista Union Democrática Independiente, Issa Kort, no desechan la idea, aunque defienden que la reforma se haga en el Congreso Nacional y no mediante una Asamblea Constituyente.
Esta semana la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados continuará el debate de la modificación de Capítulo XV de la Constitución de 1980, para habilitar la participación ciudadana en un eventual proceso constituyente.