La ciudad del este de Ucrania no tiene agua, calefacción ni electricidad y se está quedando sin alimentos después de haber sido atacada por las fuerzas rusas durante los últimos cinco días, dijo su alcalde en televisión.
En ese sentido, el intendente pidió un corredor humanitario, como el pautado ayer entre las partes en la segunda ronda de negociaciones, para evacuar a los civiles de la ciudad portuaria, informó el diario británico The Guardian.
La ciudad de Mariúpol es uno de los focos de la invasión de las tropas de Rusia por su estratégico puerto en el mar de Azov.
A diferencia de la situación en Kiev, donde la ofensiva parece ralentizada, el avance de Rusia en el sur sigue siendo significativo.
Luego de consolidar la toma de Jerson, donde igual se reportaron combates, la columna parece dirigirse hacia Odesa, otro punto estratégico que dejaría a Ucrania sin acceso al Mar Negro.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski pidió a los países occidentales que cierren el cielo a las naves rusas o que entreguen aviones a Ucrania.
Pero la OTAN aseguró que sus aviones no actuarán en Ucrania, cerrando así la puerta a la creación de una zona de exclusión aérea.
"Creemos que si hacemos eso, acabaremos teniendo algo que puede convertirse en una guerra total en Europa, involucrando a muchos otros países y causando mucho más sufrimiento humano”, dijo el jefe de la alianza atlántica, Jens Stoltenberg.
Los países occidentales han entregado armas a Ucrania, pero centraron su respuesta en una batería de sanciones para aislar a Rusia a nivel diplomático, económico, cultural y deportivo.
Las represalias también se dan en el plano mediático: el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó una ley que establece 15 años prisión a cualquier persona que publique “noticias falsas” sobre las fuerzas armadas, al frente de la invasión rusa de Ucrania.
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